MI HERMOSA PELUQUERÍA: PREGUNTAS SIN RESPUESTA

Que odio ir a la peluquería es algo que sabe todo el mundo. Un museo me parece el paraíso en comparación con una peluquería. Supongo que es genético y que me viene de mi madre. Lo peor es que odio a las peluqueras –a los peluqueros también, pero menos-. A muerte. Creo que han sido las personas que más me han hecho llorar en este mundo. He aquí unas cuantas preguntas sin respuesta con relación a este colectivo tan nefasto:
-Si les digo que tengo el pelo fino y que necesitaría un corte que me dé volumen... ¿por qué me cortan tanto que al día siguiente me voy a lavar la cabeza y no encuentro pelo?
-Si les digo que quiero el flequillo “largo”... ¿por qué acabo pareciéndome a Juana de Arco?
-Si les digo que me sequen el flequillo –cuando queda- con un poco de volumen, para que no parezca que esté pintado en la frente...¿por qué acabo con un tupé?
-Si les digo que me pongan mechas “de mi color” de pelo, pero en un tono más rubio...¿por qué salgo de la peluquería con una cabeza rubio ceniza, que nada tiene que ver con mi tono?
-Si les digo que me hagan un moldeado...¿por qué salgo con los pelos tiesos, después incluso de haberme hecho beber una copa de anís –inaudito, pero real-, alegando que así se riza más el pelo?¿Qué necesitaba, una botella entera de vodka?¿Al hechicero de la tribu?
-Si les digo que dentro de 4 meses me caso...¿por qué me dejan el pelo como una coliflor y con el flequillo torcido? ¡Con lo que me costó encontrar novio!
-Si les digo que procuren que no me entre agua en las orejas...¿por qué de repente tengo la sensación de estar debajo del mar?


¿A vosotros os pasa lo mismo,… o soy un caso aislado????

15 comentarios:

Noemí dijo...

Pues la verdad es que tengo que reconocer que a mí tampoco me gusta nada ir a la peluquería. Creo que por eso llevo el pelo largo, para tener que ir lo menos posible (un par de veces al año). Y el caso es que cuando voy siempre me dicen que tendría que ir más (a cortarme las puntas y bla, bla...), pero yo las ignoro. Está claro que conmigo no se podrían ganar la vida! ;-p

Lidia dijo...

Osti, yo también iba a escribir sobre el otro día que fui a la peluquería, a ver si las dos tauro vamos a tener aquí telepatía :)

Yo tengo un dilema existencial desde que he encontrado la peluquería de mi vida: me hacen exactamente lo que quiero, y el peluquero tiene unas manos maravillosas con el pelo, pero el tío es un borde de la muerte, te trata fatal, casi ni te habla... Vaya, un déspota, pero es un genio con el pelo...

Anónimo dijo...

Bueno, Lidia, la telepatía y los pelos tienen en común... la cabeza!
;-)
Si encontrara (o encontrase) a un peluquero (o peluquera) que me hiciera lo que yo quisiera en mi desgraciado pelo, como si me escupe en la cara! Le besaría los pies!! Sería su esclava!

Anónimo dijo...

Noemí, dichosa tú, que tienes el pelo rizado!

¡Yo también quiero!

Baby dijo...

A mi una vez me dejaron el pelo más largo de un lado que de otro y la maldita peluquera aún me negaba la evidencia. Desde aquel día, dejé de ir a peluquerías baratas y soy fiel al mismo peluquero (caro pero bueno). Es lo que más me molesta de la pelu, ya que en general no me disgusta ir. Bueno, lo que también odio es que siempre tengo que esperar mucho rato y acabo harta de leer revistas del corazón.
¿No me gusta tanto como me pensaba?

Anónimo dijo...

¡Pero Baby, si lo mejor de las pelus son las revistas del cuore, ja, ja, ja!!!

Jó, yo debo tener mala suerte: he ido a pelus cutres y a pelus buenas,... pero no hay manera!

¿...O es que me tienen manía?? ;-(

Anónimo dijo...

A ver si te piensas que por tener el pelo rizado la vida está solucionada. Cuando voy a la pelu me dejan que parezco una escarola!!! jajaj

Anónimo dijo...

Ay, hija, es que yo llevo tan mal eso del pelo fino y sin cuerpo...!

Anónimo dijo...

1a consideración: ¿Existe el museo de la peluquería? ya sería una tortura exquisitamente china para Merce, jajaaj

2a consideración: yo tengo la virtud de quedarme endormiscado en cuanto empiezan a manipularme la cabeza; me la tiran palante, me la giran pa un lado, pa otro y voilà: pelo cortado al 2 - 2,5. Claro yo no soy tan tiquismiquis...

3a consideración: prefiero que no me hablen demasiado (pq me quedo dormido, ya lo he dicho) y, si hablan, que NO sea de fútbol!

4a consideración: para vuestra info, mi cabello es grueso, rebelde y abundante... (ahora viene un golpe de melena, que no podéis apreciar, claro)

Anónimo dijo...

1ª consideración: SEI CATTIVO!!! ;-D
2ª consideración: es mejor no quedarse dormido en una peluquería!
3ª consideración:sí, como el chiste: mejor que no hablen. Pa qué, pa cagal·la...!
4ª consideración: eso es un golpe bajo a mi pelo fino y sin cuerpo!

Anónimo dijo...

acabo de entender el título de la peli " el marido de la peluquera", tal como está el patio si encuentras una buena es para atarla a tí de alguna forma, pasarle una pensión si hace falta. Yo cuando me lo dejan decente me emociono, me entran ganas de llorar, besarla, ponerme a sus pies,...por eso no existe como carrera, porque no hay título que lo valga...

Anónimo dijo...

¡... Anónimo, cómo me gustaría sentir alguna vez esas emociones que describes, al salir de la pelu...!

Anónimo dijo...

yatusabes...comentarios así sólo pueden salir de un tío, no conozco a ninguna que se ponga a hablar de futbol en la pelu,amén de dormirse mientras la destrozan su mata de pelo, a veces se me ha pasado por la cabeza presentarme en una masculina, y pedirle algo sencillo, no sé, un corte, y a ver qué pasa ( ¿ será verdad que tardan media hora??? qué emocionante), y si todo va bien, más adelante pedirle unas tímidas mechas ( hay tipos con mechas por ahí,verdad?), por lo menos si dura poco tiempo, el destrozo no puede ser tan grande como cuando se pasan contigo tres o cuatro horas....

Anónimo dijo...

¡Ayyyyyyyyyyyy, las peluquerías, qué cruzzzzz!
Merce, ya tu sabes (juasss) que comparto tu odio a esos sitios (por algo somos amigas de tooooda la vida). Solo hay algo peor que sentarte en una peluquería y es sentarte en el sillón del dentista (puajjjjj).
Si llevas el pelo largo, se empeñan en cortarte las puntas (que por lo visto llegan hasta las raíces. Si le pides volumen, te lo dejan aplastado. A mi me gusta aplastado, pues a dejarmelo que parezco el león de la Metro (sí, solo me falta rugir). Una vez se me ocurrió ir a una "estilista" y me dijo que mi pelo era un caso perdido, que no tenía remedio. Además, me cortó un palmo más de un lado porque decía que lo llevaba desigual. Y digo yo, ¿cómo no me había dado cuenta de eso? Un palmo se nota, ¿no?
Y deberiamos ir a la peluquería en bañador. Debe ser algo que les enseñan en la academia: "como lavar la cabeza y darle un baño al cliente al mismo tiempo", grrrrr.
Y no sigo, porque no acabaría de contar mis desventuras.
¡Qué feliz era antes, cuando iba a esos sitios una vez al año (o cada dos años)! Ahora, las dichosas canas me obligan a ir cada tres o cuatro semanas y es un suplicio.

Anónimo dijo...

Trinité, para mí es más traumático ir a la pelu que al dentista, porque si el sacamuelas te hace un destrozo, siempre se verá menos que el "estijeretazo" (salido de boca de una estilista, lo juro)que te pueden pegar en la pelu. El dolor moral es mucho mayor que el de muelas.
Y sí, Anónimo, en la pelu una no puede (ni debe)quedarse dormida... Hay que estar ojo avizor!!!! Oye, ¿y si de verdad probamos lo de ir a una pelu de caballeros? ¿Es ahí donde se esconderá el secreto de la felicidad capilar?

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