UN MALENTENDIDO NOS LLEVA A CENAR A UN RESTAURANTE “DE LUXE” : DRAMA VERANIEGO EN TRES ACTOS

(…) El choque se produce nada más entrar en el restaurante: decoración exquisitamente clásica con algunos toques “rupturistas” –una de esas palabras nuevas de moda que he oído por ahí… ayy, los neologismos!-, salón espacioso y luminoso, manteles de los buenos, como diría mi suegra,... Las sospechas se confirman: la cena nos va a salir por un ojo de la cara. Bien. Calma. Todavía nos queda la opción de marcharnos por donde hemos venido y volver al restaurante de la noche anterior, en el que cenamos de miedo a un precio con sentido común. Y aquello sí que era típico.
Demasiado tarde: una amable señora conduce a una mesa a los dos turistas zombis en que nos hemos convertido. De pronto, nos damos cuenta de que encima no vamos vestidos para la ocasión: no es que haya que ir “endomingado” para cenar en un restaurante fino, pero no está de más ir un poco arreglado. Y nosotros, lo que se dice “arreglados”, no vamos.
Estamos arreglados, que es diferente.
Ojalá piensen que somos unos millonarios excéntricos.
Las cosas se empiezan a torcer nada más abrir la carta que tan cortésmente nos trae una señora de modales exquisitos y algo castrenses. Los precios: pornografía pura. Incluso pensamos que están escritos en las antiguas pesetas. Pero no. Son euros. Palidezco y tengo taquicardia. Lo siento, ya no es por el dinero, y que me perdonen los cocineros, pero ningún plato vale “ese” dinero. De acuerdo, seguro que son exclusivos, diferenciados, transgresores, a la búsqueda de nuevos conceptos gastronómicos,... pero no valen ese dinero. Me parece demencial. Pienso que quizás lo caro es el nombre del plato: “Triunvirato de gambas en salsa de estragón con aroma de amapola”. Dios.

(continuará)

8 comentarios:

Anónimo dijo...

genial...., ¿ cómo acaba???, ¿ existe algún libro con el final de estos cuentos? ¿dónde?, seguro que todos nos hemos sentido así en alguna ocasión, dentro de unos años "descubrirán" los "restaurantes", con los antiguos "cocineros",los platos rebosantes de comida que conocimos de críos, y donde la tortilla de patata será delicatessen,...eso sí, serán carisísimos por esto precisamente, por tradicionales. Hoy en día para irse acostumbrando el cuerpo a estos robos y absurdedes lo que hay que hacer es visitar muchas exposiciones modernas, de esas que ves las montañas de basura pegadas con cola blanca ( con formas simplonas a pesar de todo) y te muerdes la lengua para no soltar la carcajada y que te echen de allí como a un vulgar borracho.

Anónimo dijo...

Jejejeje! Este Anónimo es de los míos.

Anónimo, me temo que a Merce no le parecerá buena idea lo de las exposiciones: le dan un poco de repelús, pobre.

Yo cuando veo montañas de mierda con un marco alrededor, o con cola blanca o espuma de poliuretano, que no se han molestado ni en disimular, no me río a carcajadas -por mi exquisita educación británica, ya sabéis- pero alzo mi ceja derecha y hago una mueca de desaprobación, como diciendo "a mí esto no..."

Merce, cariño, lo suyo es coger y levantarse: total si estás de turista, tanto da pq no te volverán a ver por allí. Aunque lo más propio es echarle una ojeada a la carta que acostumbran a colgar en la puerta, en los países civilizados.

Triunvirato de gambas... quiere decir que te ponen tres gambas, tres, con un chorrito de aceite de oliva y un poco de estragón triturado. Por cierto, las amapolas -igual que las camelias- no tienen aroma.

Anónimo dijo...

Gracias, Anónimo. Mañana, la segunda parte de la pesadilla en el restaurante "fissno"!

Eso, eso, Anónimo, eres de los nuestros! Una buena tortilla de patatas y un buen guisofio... Y bueno, no hablemos de las exposiciones modernas; ahí ya no entro porque me enciendo... pero pienso lo mismico que tú.

Anónimo dijo...

Yatusabes, quizás tendría que haber puesto la primera parte del relato para que supieras por qué fuimos a cenar allí:
"En el hotel en el que nos alojamos nos aconsejan un restaurante, “el mejor” de la ciudad. Y aquí es donde se produce un malentendido...aun hablando el mismo idioma, el concepto “mejor” tiene significados diferentes en sus cabecitas y en las nuestras; cada cerebro tiene su propio diccionario… Lo que nosotros buscamos es un restaurante “auténtico” de la zona, no turístico, con comida típica y tradicional. Y lo que ellos califican como “el mejor restaurante” es un lugar de ambiente snob, con trato ridícula y excesivamente exquisito, con unos platos más bien escasos de contenido, eso sí, deliciosos –todo hay que decirlo-, … y a un precio exageradamente prohibitivo."

Anónimo dijo...

Yatusabes, la semana pasada me tragué una visita al Acuario (que no deja de ser un museo de peces). La tortura continuó con una visita guiada (en inglés) por el Palau de la Música...

Creí morir.

Pero cuando ya me salieron espumarajos por la boca, fue cuando entré en el museo de historia de Barcelona...

Lo mala que debí ser en mi anterior vida...!

Anónimo dijo...

Lo del "triunvirato de gambas..." me lo he inventado, porque no me acordaba del nombrecito original...

¿...Yatusabes, cómo cuernos sabes que las amapolas no tienen aroma? Huelen bastante mal! (cuidado, que no las esnifo, ¿eh??)

Anónimo dijo...

pues dicen las malas lenguas que las amapolas blancas eran opiáceas( por eso no las hay por ahí ya ) ....así que cuidadínn con lo que olemos, amiguitos-as.

me he quedado sin saber cómo era el tipo de vestimenta que llevaban los personajes de la historia que , vale que no hace falta, pero ya por imaginarme la postalita completa y sonreir...

yo lo de los museos lo dosificaría, querida "merce dijo", puedes tener un subidón con visita guiada a urgencias ( ¿ cuál te gustó más? o mejor dicho ¿cuál aconsejarías a tu peor enemigo?)

Mercedes Pajarón dijo...

Anónimo, la vestimenta no podía ser más adecuada para la ocasión: camiseta, pantalones cortos, calzado deportivo y mochilón a la espalda... Sólo nos faltaban los calcetines negros con sandalias (si te apetece,y si quieres mayor información del uniforme guiri, léete "Turismo del güeno"; lo encontrarás en “archivo del blog” del mes de mayo)

…Y si quieres saber más de mi pasión por los museos, justo encima de “Turismo del güeno” encontrarás “John Hall nunca entraría en un museo”

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