CUENTO URBANO: "NI ERA TAN TONTO... NI ESTABA TAN LOCO"

¿Qué probabilidades tenía el señor más feo, tonto y loco del barrio, de besar a la chica más guapa que pasaba por la calle?
Muy pocas. Poquísimas.
Pues aquel día sucedió.
El destino se la colocó al lado de unos contenedores de basura.
Ella, joven y guapa, muy guapa. En contraste con la calle, rancia y sombría.
Esperaba a una amiga, con la que había quedado para comer.
No se le ocurrió otra cosa que pasear por la acera. Para hacer tiempo.
La masculina mirada, tan alta como extraviada, se paró en seco en cuanto la vio.
¡Aquella femenina belleza destacaba tanto al lado de los contenedores…!
Los contenedores pensaron irritados que las comparaciones son odiosas.
Él abrió mucho los ojos, pasmado. No fue necesario que abriera la boca: la mandíbula cedió ante tales encantos. En su interior, la campanilla temblaba de emoción.
Los flechazos son así.
-Hola –pudo al fin decir el señor. Era feo, tonto y loco, pero no tímido.
-Hola –respondió ella, que además de joven y guapa, era educada.
La mirada extraviada actuó con romántico arrojo:
-¿...Nos conocemos?
La guapa, que además de joven y educada, era sincera, contestó:
-No lo creo. Me acordaría.
La osadía del señor parecía no tener límites.
-Me presento: yo soy Pedro.
E inmediatamente, le estampó dos besos. Por algo, además de feo, tonto y loco, era el más rápido del barrio.
La guapa, que además de educada y sincera, era de reacciones lentas, se vio obligada a responder a las muestras de afecto del desconocido.
Él vio el cielo abierto, y apostó el todo por el todo:
-¡Te invito a un café!
Ella estuvo a punto de declinar la oferta con una de las mil típicas excusas: tengo prisa, otro día, no me gusta el café, mi abuelita está enferma,…Pero la guapa, que además de joven, educada y sincera, era muy atlética, echó a correr a toda velocidad por la calle rancia y sombría.
Él se quedó atónito y un poquito decepcionado. Fijó distraídamente la vista sobre los contenedores de basura, que habían presenciado la escena con vengativa satisfacción.
De repente, la mirada extraviada sonrió. Je, no había habido café, pero al menos, había conseguido darle dos besos a la más guapa.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Oyessssssssss, que está historia me suena. ¿No estará basada en un caso real? Es que me suena de haber leído algo en los periódicos (o a lo mejor me lo contó alguien, jeje).
Desde luego, la chica era lista, sí señor. Aunque toda esta historia me hace plantearme una duda... ¿qué habría pasado si el tipo loco se hubiera parecido a alguien como por ejemplo, no sé, ummmm, Ralph Fiennes? ¿Habría salido corriendo la chica? ¿Habría aceptado el café?

Anónimo dijo...

Mira, Trinité, lo único que sé con certeza (no sé si gracias a la prensa o a alguien que me lo contó; no recuerdo bien...), es que la chica era... UN BOMBÓN!

Anónimo dijo...

Y que le quiten lo bailao al tío!! está claro que quien no se conforma con lo que tiene (o con lo que consigue, en este caso...) es porque no quiere ;-)

intoku dijo...

Es que no hay nada imposible, solamente improbable...

Seguro que la moza todavía está corriendo, jajaja

Anónimo dijo...

Queridas, queridos, me he quedado sin adsl en casa!!! Espero volver al mundo virtual en cuanto Telefónica lo considere oportuno...
¡Me siento como coja sin mi blog!
¡Hasta pronto! (espero...!)

Baby dijo...

Muy bueno el cuento! Yo en su lugar, seguramente también hubiese salido corriendo.
El tío muy avispado, si señor... Vaya jeta!

Anónimo dijo...

Intoku, Baby, si os fijáis bien, por allí a lo lejos se ve correr a toda velocidad a una chica guapa, educada y atlética... ;-)

Anónimo dijo...

se dice fácil porque seguramente ninguno somos de una fealdad tal que demos miedo, pero tiene que ser muy duro saberse muy muy feo, y toda la vida feo y rechazado, es para acabar loco lógicamente.Pero ole sus narices,también era valiente, pena que la chica pasara, pero claro, un desconocido así tiene que dar miedo, vete a saber qué te puede pasar.
Qué historia más triste...

Anónimo dijo...

Anónimo, venga, voy a defender a la chica: hay que hacerse cargo, que tal como están las grandes ciudades, no es para irse con el primero que se te presente por la calle...

Ya no es cuestión de fealdad, sino de seguridad..¿crees que si el feo loco hubiera sido guapetón y fornido, la chica se habría ido a tomar un café con él?

Aun más: si la chica hubiera sido feota...¿el feo loco se habría acercado a ella? No por ser feo, a uno le tiene que gustar otro feo...

Un lío, Anónimo, un lío.

Anónimo dijo...

Certe volte, avrei voglia di andarmene, di partire, di prendere il treno con un biglietto di sola andata...
Antonio

Anónimo dijo...

"Vorrei prendere il treno dei desideri, canta Celentano, e tornare da te..., ma
il treno dei desideri all'incontrario và...."

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