Este es sólo un ejemplo de las muchas grandes empresas de una gran ciudad. Todas son más o menos iguales, aunque cada una se caracteriza por una falta de personalidad determinada… ¿Entramos?
Al lado de la fotocopiadora, dos empleadas profesionalmente realizadas piropean a una tercera colega. Comentan las maravillas del régimen que la piropeada ha seguido con total éxito; algo dicen también de un fondo de armario, pero no da la sensación de hablar de una película de terror, sino de moda.
Un poco más allá, un pseudoejecutivo con cara de calabacín e impecablemente disfrazado con traje caro se pasea mientras habla en voz altísima a un móvil que sale de su oreja. ¿Edad? Indeterminada… ¿Qué edad tienen los calabacines?
Da unos pasos, se gira, da la vuelta y vuelve sobre sus pasos; se nota que es de los que todavía hicieron el servicio militar. Por la conversación, se deduce que intenta tranquilizar con voz segura de sí misma a su superior en lo referente a una incidencia, socorrido eufemismo de “chapuza”.
Cerca de la recepción, un rebaño de empleadillos macho se ha juntado para bajar a desayunar y espera el ascensor al tiempo que habla del partido de fútbol de la noche anterior. Se oyen risotadas provocadas por una broma milagrosamente germinada en una mente poco abonada y en eterno período de sequía intelectual.
Y al fondo, sentada dentro de uno de esos cubículos que se ven en los dibujos animados y que resultan divertidos hasta que uno descubre que existen en la realidad, trabaja una inadaptada. Lucha interiormente por mantener su personalidad en ese microcosmos devorador que se cree el rey del mundo, donde todos se parecen, donde todos hablan igual, donde se oyen siempre los mismos temas de conversación y los mismos chistes rancios, donde la sensación de repetición y homogeneidad es tan opresiva que duele rebelarse contra la tentación de dejarse seducir en un momento de debilidad.
Algo en ella se pudre cada día en su interior un poco más, y lo sabe. Y huye a la primera oportunidad con proyectos de viajes, y viaja y se libera durante unos días, y disfruta, y no quiere volver, pero el regreso a su lujosa prisión es inevitable…
Harta de injusticias, de falsas adulaciones, de tanta tontería carente de sentido, pero incapaz de actuar, sólo le gustaría desertar y huir, huir y verlo todo desde la distancia, y poder levantarse una mañana, mirarse al espejo, esbozar una leve sonrisa de complicidad a su melliza del otro lado, y decir con orgullo: “Tuve el valor de dejarlo”.
35 comentarios:
NO ESTA NADA MAL PARA PASAR LA SEMANA CON MOVIDAS,Y EL FIN DE SEMANA HABLAR DE LO QUE A PASADO CON EL CALBACIN ,SIEMPRE HAY MOVIDAS EN LAS OFICINAS Y MAS EN ESTOS TIEMPOS.....ABRAZOS..........
bueno yo he venido para seguir tu blog y en "Espigas del almaIII" me encontrarás un abrazo de fin de semana cargado de alegria y buena amistad.
Marina
Una realidad elocuente, a cada presencia le das con el nombre justo.
siempre se logra escapar, siempre que te lo propongas.
Muy bueno.
mariarosa
Agréguele esa oficina, y cualquier otra... por ejemplo la que da respaldo a mi cuerpo y a mis cuentas, al listado de "no-lugares" de Marc Augé.
Grandioso relato, sobre todo por la empatía que genera.
D.
delicioso...vomitaste un buen omelet...seguiremos visitando este lugar
saludos desde la putamadre
Personalmente, prefiero la tortilla de calabacín que hablar de él, pero a veces es inevitable...
Un abrazo!
Tuve que reír en mitad del relato, que ocurrente eres Mercedes. siempre sacas una sonrisa de mi corazón. ¿Eso se puede pagar de alguna manera?
je je. Espero que no sea autobiográfico. Aunque bien podría ser mi historia si hubiera podido volar y no quedar enganchados en las redes de un capitalismo voraz.
Que no me enrollo más.
Buen fin de semana.
Un amigable abrazo.
Doctora, ¿que puedo hacer si ya me puse buenito? Ja ja ja
Y yo que me alegro de tu paso por mi blog! Muchas gracias por tu invitación. Deja la puerta abierta, que iré a visitarte!
Un abrazo!
El problema es que he visto a tanta gente que necesita escapar pero nunca da el paso...!
Un abrazo, Mariarosa!
Es de esas veces en que la realidad supera a la ficción...porque todos hemos pisado alguna vez un no-lugar así que nos da de comer, o conocemos a algún calabacín, o nos hemos quedado pasmados al oír ciertas conversaciones de ascensor...
...Que nos dé de comer, pero que no nos devore, señor Os! Un beso!
Es que hay cosas que no se pueden quedar en el estómago...
Gracias por tu visita y tu comentario!! Un saludo y hasta pronto!
Pero David, ¿cómo puedes decir que ya estás buenito, con esa tos tan fea que te ha quedado????? Naadaa, naaadaa, no se hable más: jarabe de mimos en dosis masivas durante toooda la semana que viene; ya se lo puedes decir a tu "enfermera", jijiji...!
No, no es autobiográfico, pero como dicen en las pelis, "está basado en hechos reales"...Y más vale ponerle unas gotas de humor, aunque sea un poco amargo, ¿verdad?
Un abrazo, y pasa buen fin de semana! (con mucho jarabe, no lo olvides!)
Hola, entré a tu blog por casualidad, me pareció muy bueno, no quería salir sin decírtelo. Voy a seguirte. Aprovecho la oportunidad para invitarte al mío que es de literatura.
Un abrazo desde Argentina.
Humberto.
www.humbertodib.blogspot.com
Mercedes, me identifico, soy además de Bruja y Malvada la inadaptada del cúbiculo...
Las descripciones me han llegado al alma, sobre todo la del tipo ese calabacín, jajaj, qué bueno!
Cuánta gente habrá como la protagonista de esta historia, buufff. Demasiada
Hola, Humberto! Muchas gracias por tu visita y por tu comentario. He aprovechado este fin de semana para entrar en tu fantástico blog...
Un saludo y hasta pronto!
Pues entonces no lo tienes todo perdido...¡Peores son el calabacín o las del fondo de armario!
...Coincidimos en lo del té!!
:-D
Gracias!! Un gran saludo!
Estoy segura de que has visto muchos especímenes como éstos...
"Una falta de personalidad determinada" ahí está la clave de algo que parece suceder en todo el mundo! Me gustó la mujer del cubículo y sus tribulaciones! Es una pena, pero hay quienes aún confían en la homogeneidad como sinónimo de productividad! Un placer leerte, Besos!
Burbuja rugiente:
Jijijijijij. Habré de pasarme yo por esa empresa y aplicar las estupendas técnicas acosadoras que aprendí de John Hall.
Miraré de meterme debajo de la silla de la inadaptada para burbujearle las piernas y seguro que así deja de serlo.
La calidad burbujera al poder.
Saludos rugientes.
Ahhh, señor Dáltanos, qué buena frase: "hay quienes aún confían en la homogeneidad como sinónimo de productividad". ¡No caigamos nunca en esta trampa!!!
Un gran abrazo! Siempre feliz de encontrarte por aquí y/o en tu genial blog!
Burbuja, Burbuja, andas tú muy chispeante...¿Será por John Hall o te bastas a ti misma para rugir??
Un saludo de agua con gas, claro!
JA!cada vez que te escribo tomo té con leche... es el té regular negro eso sí.tiene que ser inglés fuerte y maduro jaja!! placer seguir leyén -do-te-
Beso
Bueno, bueno, bueno, hora es de armarme de valor y tomar un día un té con leche...Porque es que yo al té sólo le pongo la taza, jajajaja! Ni leche, ni azúcar...nada.
Ya te contaré...Un abrazo!
grande narraciòn de las vivencias de coloridos personajes de la plaza del mercado y del mundo ejecutivo de wall street; buen ritmo y suspence..
me ha gustado mucho esta entrada, un saludo
Blas
Por fin llego, Merceditas a esta radiografía de nuestro mundo laboral. Qé razón tienes y cuántos hay encerrados en cubículos de cristal.
Besósculos de buena noche.
Es, para bien o para mal, un trozo de realidad...
Gracias, Blas! Un saludo y siempre feliz de verte por aquí!
huyamos del mundo laboral!
(pero cómo toman té tus visitantes!ajajja!
pobre tu personaje! su agobio agobia,MerC!
besitos*
Hombre, hombre, una cosa te voy a decir,dónde va a parar, ¿eh? ¿eh?, pero siempre con la mano en el cuore...
Besósculos muletósculos! Mua!
De eso nada!!! Venga, al cubículo ahora mismo!!! Aún te quedan por escribir muchas historias sobre Lila!
Besitos agobiaaaaaanteees!!!!
Si, si... navegar con la corriente no es tan malo (creo), aunque lo narrado es "disneylandia" a comparación de un lugar que no es mi lugar de trabajo ¡no! - me han contado que existe con todo y calabacín jejeje
Estupendo, seguiré leyendo que siempre me la paso bien.
Besos de Ro
Lo peor es que no es una invención, y estos calabacines son reales!!
Un beso preocupado!
A ver un calabacín de edad indefinida... eso es que es macho... ergo, ha pasado de verde a podrido... ¡que quieres!
P.D.: es que si fuese hembra, sería invisible. Es lo que tiene!
Es que si fuera hembra, sería una "calabacina", juajuajua!
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