Hay tierras que han vivido demasiado, que han sido maltratadas en exceso y que acaban pasando sus agotados días en pésimas condiciones. El color anémico de sus entrañas y sus profundas cicatrices no son otra cosa que un desesperado y vano intento por inspirar compasión. Como no podía ser de otra manera, estos lugares sólo son capaces de dar a luz, como frutos desabridos y resecos, ciudades desangeladas.
En una de estas poblaciones dignas de lástima resiste una casa en un estado deplorable: parte de la fachada se ha ido desplomando, dejando al descubierto una piedra rojiza, como carne desollada. Fuera, en el jardín, ni siquiera las malas hierbas se han atrevido a crecer, y la verja que la separa del mundo, atacada por un sarampión de herrumbre, a duras penas tiene fuerzas de sostener un desgastado cartel cuyo mensaje, en sí sencillo y banal, hiela la sangre:
“Pedro Bermúdez, fotógrafo”.
Porque la casa está abandonada, es cierto… pero no deshabitada.
En su interior, sin deseo alguno de volver a salir a la calle, se consume cada día un poco más un antiguo cazador de la belleza, convertido en náufrago voluntario desde que su cámara empezó a mostrarle con toda crudeza el interior, feo y putrefacto, de la gente a la que inmortalizaba.
20 comentarios:
ayyyyyyyyyyyyyy......=(((
ayyyyyyyyyyyyyy......=(((
uyyyy... qué desangelada me has dejado a mí después de leer esto :(
Muy buenas las descripciones
la comùn fealdad hace que hasta mìnimos espacios de belleza deslumbren el observador,mucho depende de cuanto se abren los diafragmas de la màquina;
asì como lo hace Bermùdez.
saludos
Blas
Ayy, Lilianitaaa, no te pongas así...!
Échame una sonrisilla, mujer! :-)
Hija, es que a veces, la vida del fotógrafo no es fácil...
...Hasta que Bermúdez decide no cerrar el diafragma, sino los ojos...
Un saludo, y feliz semana!
¡....Así me gusta! :-D
=)))))
guauuuuu! los pelos de punta!
:)
Es que a veces uno se recluye en ciertas casas/caparazones para dejar de ver.
Y sin embargo, siempre hay belleza en medio de la podredumbre o la fealdad. Sólo hay que saber verla, preocuparse por buscarla.
Besósculos de buena noche dormilona.
Cuídate y tú sigue haciendo fotograffías para luego pintármelas a mí.
Cuacuacua.
tierras que han vivido demasiado...
poblaciones dignas de lástima...
la casa que resiste...
Pedro Bermúdez también,náufrago de sí mismo...
excelente,Merce,volvió la negruuuuraaaa!!!!!
mil besos*
,ME PERDI ALGUNOS CUENTOS QUE HOY HE LEIDO ,PERO AL ULTIMO UNA PEQUEÑA REFORMAS Y YA ESTA ,ANIMO EDIFICIO Y AGUANTA UN POCO MAS .....ABRAZOS.......
¡Pero mira qué guapa estás tan sonriente!!!
Vamos, yo no entraría en esa casa para que este señor me hiciera una foto! :-)
Lo que tendría que haber hecho este señor es vender la casa y trasladarse a otra ciudad donde poder dar paseos, hacer fotos de hermosos parques, visitar librerías, tomarse un té en un lugar acogedor...Qué tonto fue por no buscar la belleza más allá!
Besósculos sin virósculos!! Muamuamua!!!
...Si es que la llevo dentro de mí, está ahí, y no puedo evitar que salga de vez en cuando! :-)
Sin embargo, te mando un beso luminoso!
Total, mientars no sea aluminoso... y aun así, también los reparan. El problema es el fotógrafo, que es un dejado!
Un abrazo! Oye, buenísima la última entrada de tu blog! Me he muerto de risa!
Qué está pasando aquí Merceditassss??? sieejjjqueeee está esto desconocíooo
Pero me encanta!
Te sigo mué!
Es el vieeeeentoooo, el vieeeento, que me tiene trastorná....
No te me vayas muy lejos! Mua!
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