De niño atrapaba moscas y les arrancaba las alas. Tratarlas como mascotas cautivas le hacía sentirse muy poderoso. Los bichos, incapaces de huir, se resignaban a comer dócilmente los granitos de azúcar que recibían del amoroso y tirano dedo de su amo.
De adulto actuó de igual manera con su mujer; en poco tiempo consiguió hacer de aquel espíritu libre y alegre un alma sumisa y pasiva.
Algo parecido ocurrió con la hija mayor: el día en que intentó echar a volar no pudo escapar. Intoxicada por el insecticida psicológico paterno, dejó finalmente que su personalidad cayera miedo abajo y se hiciera pedazos.
La hija pequeña, en cambio, defendió intuitivamente sus alas desde la infancia, gracias a un carácter independiente y determinado. Su padre la admiraba y la temía porque sabía que ella sí, ella echaría a volar y no regresaría.
Mientras llegaba aquel día, los cuatro desayunaban cada mañana en el hotel, cabizbajos y en silencio, sus amargos granitos de azúcar.
32 comentarios:
Para que no te arranquen las alas, hay que ocultarlas bien. Si los arranca-alas saben que las tienes, te las quitarán antes de que sean lo suficientemente fuertes como para volar con ellas lejos.
Metrcedes, he leído antes este cuento en tu blog?
Me ha gustado mucho, la verdad que tiene el sabor amargo de la realidad, pero me ha gustado. un saludo.
www.falsario.org
Bufff.... Miedo abajo... Llevo medio mes sin rozar nuestros bloggeros mundos, y creo que del atracón de tarde lectora en el que aun ando sumergido, me quedo con tu cuento... Eres genial amiga. Besos y mordiscos.
No hay amores que matan. Somos nosotros los que nos dejamos morir ahí.
A veces, de niño sobre todo, es más compleja la eleccíon.
besos,
Me gusta el conto. Muy inteligente.
ps. Grande abraço
Moscà-vu... digo... déjà-vu, jajaja
La de antes era yo, que se me ha olvidado poner el nombre, jeje
...Pero hay que ser muy cautelosos, porque los arranca-alas andan siempre ojo avizor y no se les escapa una...¡Ojalá a ellos SÍ se les fuera la olla!
¿Por qué lo preguntas? ¿Has tenido acaso un "déjà lu"? ;-D
Besos "repes"!
Sí, tienes razón, es amargo y real...¡Menos mal que no todo en este mundo son papás arranca-alas! (¿....O sí???) :-$
Un saludo!!
¡Ay, Miguel, qué alegría, bienvenido de nuevo!
Por lo que dices, habrás acabado con la cabeza como un bombo de tanta lectura bloguera, ja, ja! Bueno, lo importante es que puedas luego dormir bien! Y no te preocupes, porque papá arranca-alas velará por tu sueño, je, je...
Un gran beso, y hasta pronto!
Es que a veces de niño no sabes qué hacer con tus propias alas, y es entonces cuando otros se creen con derecho a decidir por ti...
Besos!!
Gracias por tu comentario y por tu abrazo! Te mando otro a ti! Hasta pronto!
SSSSSSssssssssSSSShhhhhhhHHHH...! (es un secreeeeto.................)
;-)
ay! negro de verdad!
Coincido con Chus...lo leímos ya? o es un deshavú?
ay que negrura! me gustaaaaa!!!!
besos*
¡Vaya! creo que este relato, y la luna que está redondota como una pelotota (como dice la canción), que me lleva a estados de remembranza de infancia, como la hija menor del relato y que en un capricho del destino se estrellan con mi pasado inmediato de adulto, ahora como la hija mayor... ¡a la inversa del relato! - puedo deducir que ante la "violencia" explícita la rebeldía te lleva a extender las alas, pero ante la "violencia pasiva", ¡comes granitos de azúcar!
Ahora me explico por qué me gusta tanto el chocolate, ni hablar.
Gracias por la terapia jajajaja
¿Me das hora?
Besazo azucarado de
Ro
Diossss menudas historias las de esta Merce. Este cuento podía haber sido un poco más largo, porque es de los que enganchan!
No todas las moscas tienen ansias de volar... a muchas les gusta estar posadas en mierda, y no aprecian las exquisiteces de una buena espalda sudada!! juas,juas,juas,juas
besos del hombre de la Coca-Cola (sin azúcar)
Interesante texto. Hay veces que detras de un ser amable y bueno se encubre un tirano anulador de alas.
Me gustó.
mariarosa
Eeefectivamente, querida, dos veces negro!
Besos y... como dijiste...¡hasta la próxima voz!
Pase, pase a la consulta de la doctora Mercedes. La primera visita es gratuita. No le garantizo una terapia eficaz, pero estoy segura de que tendremos una larga, interesante y divertida conversación sobre miles de temas!
Muchos besitos!
Ja, ja,ja, ja, es cierto!! Puedes llegar a encontrar mierdas con overbooking de moscas, jajajajajaj!
Besitos de la mujer Pepsi (con mucha azúcar y más cafeína, jua)
...Y suele ser porque a ellos también les cortaron las alas...
Un gran saludo, Mariarosa!
SIEMPRE CON LA MOSCA EN LA OREJA......ABRAZOS......
Ja,ja, ja, Mercedes, lo de la pepsi con "mucho azúcar" debe de ser todos los días excepto "LOS LUNES-DE-TÉ-SIN-AZÚCAR-NI-PASTA , no?
¡besos dulces...que hoy ya es MIÉRCOLES!
Pues cuidado si usas insecticida, jajajajaj, no te vayas a quedar sordo!
Un abrazo!
Calla, calla, si lo de la Pepsi es sólo un sueño inalcanzable! :-$
Besos!!!
PD.- Es curioso, pero con lo golosa que soy, y sin embargo el té (y las infusiones en general) me gustan sin azúcar...(bueno, es un comienzo, jajaja)
Amargo sabor del azúcar para quien ha vivido enfrascado y condenado a no desplegar sus alas, pero las injusticias no conocen de finales… lo digo con esperanza luego de haber atrapado innumerables moscas durante mi infancia.
D.
Te voy a confesar un secreto: de pequeña yo le arrancaba las alas a las moscas...
¿Fuiste tú aquella que dijo: "a un panal de rica miel, dos mil moscas acudieron y por golosas que fueron, todas murieron" o algo así? ¿Eres tú la dueña de la miel?
Aunque, ¿puedo decirlo yo también? Sí, lo digo: ¿no habíamos leído ya este cuento tuyo antes? Mardita memoria.
Ale, besósculos sin alas.
Vaya, vaya, ya me estoy mosqueando, jee, jee...
Venga, Albertito, dame miel y átame esa cereza, digo, esa mosca por el rabo! Y yo te mandaré un besósculo! Mua!
Jo nena... que miedo este...
Besos!
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