“La niña del piano”
Oía practicar a la niña cada tarde al otro lado de la pared.
Las notas traspasaban descaradas las fronteras vecinales, y me llegaban al alma.
-Tocas muy bien –le dije emocionado un día, al coincidir con ella en el ascensor.
Los tristes ojos de la niña callaron, pero sus labios amargos se chivaron:
-Odio el piano. Lo odio.
6 comentarios:
En estos tiempos que corren en los que todos vamos tan estresados un microrrelato es lo mejor... para todo el mundo: el que lo escribe lo hace en cualquier momento, el que lo publica, gasta menos papel y menos tinta, el que lo compra gasta menos dinero, el que lo lee sólo utiliza diez segundos de su tiempo para hacerlo... sólo le veo ventajas a este nuevo genero literario! ;-) Si hasta el refranero popular lo dice: "Lo bueno si breve, dos veces bueno"
A mi lo del micro me va. Deformación profesional supongo.
En la versión relato también me ha gustado y, además, puedes elegir entre acabar de leer en el último punto, o leer entre líneas y darle vueltas y vueltas......
acabo de ver en las palmeras de la foto la soledad de la niña y del piano.
Quiero más.
Pues sí, Noemí, así están las cosas en el nuevo milenio!
Tant pis!
Pero cuidado con el refranero popular: por una parte te dice que Dios te ayuda si madrugas, y por otra, que no por mucho madrugar amanece más temprano...! ;-)
Cardi, como buen artista (inteligente,sensible... y piscis), vas más allá, y dejas el micro (por mucha deformación profesional que tengas) para pasarte al macro...
Es cierto: en la foto, se ven más cosas que dos palmeras...
Breve, bello, triste, melancólico, como una rosa inglesa. Estupendo, as usual.
Me gusta pensar en lo que podría hacer la autora si hubiera vivido hace un par de centurias, cuando había tiempo para leer y escribir.
Ya tu sabesss, gracias de todo corasssón por tus palabras, pero...posiblemente, hace un par de centurias me habría tocado trabajar como... ¡criada!(o vaya usted a saber...)
... Y no habría sabido... ¡ni leer ni escribir!
Porca miseria...!
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