Ella cogió el ascensor para subir rápidamente al séptimo cielo. Al llegar a la anhelada planta, corrió como un vendaval por el interminable pasillo, en busca de los números mágicos de la habitación.
Él ya estaba dentro.
La esperaba.
Encontró la puerta. Golpeó tímidamente con los nudillos.
Aún le parecía vivir un sueño…
La puerta se abrió. Allí estaba él.
Fue recibida con una sonrisa y un apasionado abrazo que la dejó sin respiración.
Permanecieron horas y horas protegidos por la penumbra de la habitación de un hotel de una gran ciudad. Olvidaron su realidad, sus propios nombres. Pero no importaba. Los amantes no tienen nombre. Pierden su identidad en cada loco reencuentro. Sólo eran conscientes de que vivían a escondidas un momento con fecha de caducidad, construido con coartadas, excusas y disimulos… pero un momento de total intimidad física y emocional.
El tiempo se había parado en esa cárcel de amor secreto que era la habitación en penumbra de un hotel de una gran ciudad.
Fuera, la vida podía esperar.
10 comentarios:
Oye, y si tan en la penumbra estaban, ¿cómo sabían que de verdad eran ellos? :-p
Ahí está la gracia, Joana!
Imagínate el momento en el que encienden la luz y... oh, Dios mío, ¿y usted quién es?????
;-D
Y en una de esas al prender la luz te encuentras algo mejor de lo que tenías en mente, puede ser.
La luz es la gran aliada, Joyrider: si lo que encuentras es mejor de lo que tenías en mente, la dejas encendida. Si no,... la apagas.
Como en el teatro: se cierra el telón.
Un saludo!
¿Infidelidad?
¿Infelizidad?... ¿Felicidad?
... Pues la verdad es que queda muy repartido, Intoku: felicidad para unos y... cuernos para otros!
No hace falta verse, el amor es ciego, no? ;)
"yo tuve una de esas viviencias de hotel... Mmmmmm mas o menos como la describes"
Hola Merce guapa! aunque seas de letras y yo de ciencias que me caes genial, compartimos eso que se llama francés, lo intento hablar aunque mis amigos dicen que me defiendo bien. Me caes genial, me gusta tu forma de describirte y si tuvieras hijos estarían orgullosos de como escribes, ¿crisis de los 40? ni hablar...
Me encantó visitarte,
te he puesto en mis favoritos porque tenemos muchas cosas en común,
tambien me gusta escribir pero sobre todo compartir vivencias y escritos, y tu compartes tus chuches, pues yo comparto mis planetas... gracias por tu visita te iré visitando para seguir conociéndote más. Espero que sigamos en contacto leyendono y compartiendo chuches y planetas o batacazos nasa... cuidate
...Y más vale que siga siendo ciego, Lidia!! Más vale así! :-D
El día en que deje de serlo... las señoras NO nos enamoraremos de los señores, ja, ja, ja, ja!!!
Hola, n-a-s-a, bienvenida!! :-)
Veo que hice bien en hacer caso de las señales y aterrizar en tu blog!
Gracias por tus palabras! Oye, ha sido levantarme, leer tu comentario, y me he puesto tan contenta! Ah, de mi descripción, todo es cierto... menos la foto, ja, ja, ja!!!
Tenemos mucho en común, es cierto. Como he visto que tienes a "El guardián entre el centeno" entre tus libros preferidos, a lo mejor te interesa leer una crítica que hice. Te paso la dirección, por si un día te aburres y no sabes qué hacer, ;-)
http://www.edicionpersonal.com/Benito%20Pérez%20Galdós/Mercedes%20Pajarón.html
Iré haciendo frecuentes viajes interplanetarios a tu estupendo blog! ¿Me dejarás un rinconcito en tu planeta si te llevo chuches?
À bientôt!!!! ;-)
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