ALLÁ VA UN CUENTO UN POCO ESTRAFALARIO PARA EL FIN DE SEMANA... HOY: “EL PECHOMOSCAS”

Érase una vez un señor muy despistado que fue a pasar una semana de asueto a un hotel de una apacible ciudad. Cada día desayunaba tostadas con mermelada en el hotel, paseaba, comía carne en el hotel, paseaba, cenaba pescado en el hotel, paseaba, y las vacaciones transcurrían rutinariamente plácidas, tranquilas y felices…Hasta que una mañana excepcional, desayunó tostadas con miel. Sí, una pequeña modificación sin importancia en su costumbre, pero de consecuencias imprevisibles: ¿Quién iba a sospechar que unas inocentes gotitas de aquella pegajosa delicia resbalarían perezosamente desde el pan, para caer al vacío y colarse por su camisa semiabierta…? Pues ni siquiera la propia miel.
El señor despistado, sin percatarse de su empalagoso torso, decidió dar después un paseo. De repente, una aburrida banda de moscas juveniles con ganas de armar una buena lo divisó y fue a por él. La más osada y aventurera se adentró por terreno prohibido, y descubrió el exquisito yacimiento. Para su gran desgracia, cometió el error de posar las patitas sobre la miel… y ya no pudo escapar. Asustada, pidió auxilio a sus solidarias compañeras, de manera que una tras otra fueron cayendo en la dorada trampa.
A la hora de comer, y ya sentado en el restaurante, el señor despistado empezó a oír un zumbido intenso y a notar un simpático cosquilleo muy cerca al corazón…
¿Sería el amor?
No. Sólo era su pecho, negro cual pozo de petróleo y ruidoso como una máquina de afeitar.
Consciente de la calamidad que se avecinaba, el maître acudió raudo y veloz con un insecticida y actuó con eficacia. La muerte las pilló a todas desprevenidas; un poco de tos, y se acabó. Al cabo de un minuto, zumbido y cosquilleo habían desaparecido. Sin embargo, las moscas seguían amorosamente abrazadas al pecho del señor despistado.
Ya se sabe, el roce hace el cariño.
Aturdido por los absurdos acontecimientos, apesadumbrado por el bochornoso espectáculo ofrecido en el restaurante, arrepentido de haber desayunado tostadas con miel, y medio intoxicado con el insecticida, el señor despistado pensó que era mejor retirarse de la escena del crimen y darse una buena ducha antes de que el maître regresara, esta vez armado con un matamoscas manual…
Al día siguiente, el señor despistado salió de la habitación, y lo hizo con las maletas. Ya no tomaría en aquel hotel más tostadas en el desayuno, ni carne en la comida, ni pescado en la cena. Dejaba atrás un recuerdo confuso, un mal sabor de boca, y la vana esperanza de que todo fuera una pesadilla, aunque la sacrificada bañera de su habitación todavía conservaba la oscura prueba fehaciente de unos acontecimientos reales y muy tangibles.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

31 comentarios:

Casa de Los Cuentos dijo...

Hola Mercedes

He venido a saludarte (porque como bien dices: "Ya se sabe, el roce hace el cariño"y la he pasado fantástico con este relato da la mosca amorosa. Te deseo un feliz de semana. Pásala bonito.

Mis saludos desde Venezuela. Jabier.

Liliana dijo...

JAJAJAJAJAAJA, BUENíSIMO mERc!

perfecto para empezar en Viernes!!! 10-Q! (aquí son 8:26am)


besitosdefinde ;)

HISTORIAS DE ESTA VIDA X JMEC............... dijo...

HOLA,HE SIDO COMO UNA MOSCA Y ME APUNTO A TU BLOG,ESPERO QUE NO TE MOLESTE,GRACIAS.........

silvia zappia dijo...

Ayyyyyyyyyyyyyyyyy! Pobre señor despistado?! Pobres moscas amorosas?!
Malvada,lujuriosa miel!

Grande,Mechaaaaaaaa!!!!!!!!!!!!

Mil besos!

ChusdB dijo...

Mercedes, pobre señor despitado! ¿No ocurrió en Londres? Creo que por entonces fue cuando "M" se convirtió en una leyenda urbana y muchas moscas buscaban un señor ejecutivo despistado para que las llevara gratis de viaje!

Falete dijo...

jajaja... cada vez más kafkiana. Aunque viniendo de una rana, no me sorprende! juasjuassssss muamuamuamuaaaaaaaa MUAAAAA

brujita dijo...

¡Meloso paraíso albergaba el pecho del caballero!...¿El zumbido del amor, el cosquilleo? pero ya se sabe que hay amores que matan...y ahora las moscas también lo saben...claro que se llevaron el secreto al fondo de la bañera.

Besito volado...con las atitas libres.

Alberto dijo...

jajajaj. Mercedes, muy bueno. Ya esperaba a ver qué ibas a escribir sobre la miel. Menos mal que esas gotitas solo le llegaron al pecho, que sino...... jejejje.
Es que hay moscas que se aferran a uno y no se van hasta que no viene alguien y se las carga por ti...
Besote de sábado.

a jabier, mercedes le dijo...

¿Cómo estás, Jabier?

Quiero que sepas que esta semana he disfrutado muy especialmente de los cuentos de escritores franceses!! Qué maravilla!

Que pases un feliz fin de semana... sin moscas! :-)

Un saludo!

a liliana, merce le dijo...

Pues fíjate, ya hemos llegado al sábado!!

Y mañana.........tenemos celebración!!! :-D (habrá pastel?????)

Besosbesosbesos!!!!

a jmec, mercedes le dijo...

Encantada de que te hayas apuntado a mi blog!! No podías faltar!!!

Buen fin de semana sin lluvia!

a rayuela, mecha le dijo...

¿Quién fue el culpable? ¿El señor despistado? ¿La miel? ¿Las moscas? ¿El hotel?

He aquí un misterio sin resolver...!!! :-)

Muamuamua!!!!

a chusdb, mercedes le dijo...

Ja, ja, ja, ja, genial tu "Mosca Hari"! Ojalá mis moscas macarras aprendieran algo de una mosca espía como ella! :-)

a falete, merceditas le dijo...

Será que las ranas tienen otra forma de ver el mundo desde su charca...! :-)

Muamuamuamua!!!!

PD.- Por cierto, las ranas no comen...moscas????? XD

a brujita, mercedes le dijo...

El maître del restaurante no supo entender esta relación...¿o actuó quizás movido por los celos???

Buen fin de semana! Besitos!

a alberto, mercedes le dijo...

Ay, Alberto, qué risa! ¿Cómo se habría titulado el cuento si la miel hubiera llegado más abajo del pecho???? Ja, ja, ja, ja, ja!!!!

Un beso de feliz y alegre fin de semana!

Caroli dijo...

Me dan pena las moscas, que cayeron en la dulce trampa de la dorada.
Un placer conocer tu blog.
Un beso,
*Lisa*

Malvada Bruja del Norte dijo...

Jajajaja...para una vez que cambia su rutina y como le sale al pobre! Aunque si hubiesen sido abejas la cosa habría sido mucho peor... o tal vez no, pero eso es otro cuento que tal vez algún día nos contarás :-)

silvia zappia dijo...

Aló, Merce!
En mi zigu hay algo para vos!!!!

Besitossssssss!

Etèria dijo...

Jajaja, pobre hombre, si era despistadillo si, jajaja.

Besos

a lisa, mercedes le dijo...

En el fondo, las pobres moscas son las víctimas inocentes del cuento...¿Qué culpa tenían ellas?

Gracias por pasar y vuelve cuando quieras! Espero que la próxima vez no encuentres moscas! :-)

Un beso!

a malvadabrujadelnorte, mercedes le dijo...

Hummmmm... Quién sabe si habrá algún día otro cuento titulado "El pechoabejas"...! :-)

Besos!

a rayuela, mecha le dijo...

...Que voy para alláaaaaaa.....!!!!!!!! Esperaaaaaaaaaa....!

a belita, mercedes le dijo...

Yo creo que era una especie de sabio distraído y abstraído, jee, jeee... Suerte que no se mosqueó con la situación! :-D

Un beso!

Minoe dijo...

Este es un cuento "déjà moscu" para mí, jjaajj. Pero igualmente aprovecho para explicar una desagradable anécdota: en septiembre del año pasado fui un día de excursión y en un pueblo, paramos a comer en un restaurante muy mono de cuyonombrenoquieroacordarme. Muy mono hasta que... en el plato de pollo a l'ast con patatas de mi "compañero de mesa" apareció (cuando ya degustado gran parte del plato) un GRAN GRANDÍSIMO moscardón tostadito. Imagina la cara que se nos quedó! puajjjj :-S

a minoe, merce le dijo...

Perdona, pero estás muy equivocada: lo del moscardón en la comida es una especie de "valor añadido". En Montpellier (años ha)salimos una noche a tomar algo, y a un pobre British que pidió un té, se lo sirvieron con una mosca dentro. Cuando la cosa se repite, digo yo que será algo muy fashion, ma chère!

:-·

LOREA OTSOA HONORATO dijo...

Acabo de conocer tu blog; me ha hecho mucha gracia el relato de las moscas, me he reído mucho.


Un saludo!

Lidia dijo...

Fíjate, que yo pensaba que las moscas le iban a hacer algo malo al señor, que lo iban a envolver entero y le iban a hacer algo raro (?) y finalmente eran moscas amorosas y las mata él...

a lorea otsoa honorato, mercedes le dijo...

Gracias por pasar! Ya te he visto entre los masoquistas de este blog, ja, ja, ja! Vuelve cuando quieras! (prometo echar un poco de insecticida antes y hacer desaparecer algunas moscas, jee, jee)

Un saludo!

a lidia, merce le dijo...

Ja, ja, ja! Habría estado muy bien un señor rebozado!!!

tatekslovskia dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
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