Milagros, señora de Juan Pablo, acaba de meterse por primera vez entre pecho y espalda un vaso de vodka. De un solo trago.
Su marido siempre se lo había desaconsejado: “Es demasiado fuerrrrrte parrrrra ti, querrrrida”, le repetía siempre arrastrando las erres, consecuencia según él de un problema mecánico que le impedía una posición lingual correcta a la hora de pronunciar. Y ella, encantada con ese peculiar acento que hacía parecer extranjero a un madrileño de pura cepa, asentía, se reía y le daba un beso.
A Milagros le da tos y se le saltan las lágrimas, pero sabe que la última reacción no se debe a la quemazón del alcohol arrasando todo lo que encuentra a su paso. No, las lágrimas son producto del orgullo herido.
Hacía tiempo que ciertos indicios significativos la hacían sospechar de que su santo esposo era más esposo que santo: llamadas repentinas a horas intempestivas, viajes inesperados… Juan Pablo siempre intentaba tranquilizarla justificando su actitud: “La crrrrrrisis golpea a las emprrrrrrrresas, y yo soy una especie de bomberrrrro de los negocios, prrrrreparrrrrado parrrrrrrra cualquierrrr emerrrrrgencia”. Y ella callaba, pero sin llegar a estar plenamente convencida de sus explicaciones.
Milagros deja el vaso sobre la mesita y vuelve a leer la cartulina plastificada encontrada hace unos minutos en el suelo del dormitorio. Por la información de la tarjeta, su marido se llama en realidad Ivan Pávlov, de madrileño no tiene un pelo, y trabaja para el Servicio Secreto Ruso. La verdad, habría preferido dar con una carta de amor extramatrimonial.
El reloj de cuco la saca de su ensimismamiento: son las ocho, hora de la cena. Ella no probará bocado porque le duele demasiado el estómago, pero irá a la cocina y como cada noche, empezará a preparar una ensaladilla rusa, plato que a Juan Pablo, o como quiera que se llame, le encanta.
26 comentarios:
Juan Pablo o Ivan, al menos tenía claro que esposo si que era.
Un saludo.
Lo curioso es que ella tomara el vodka y el la ensaladilla rusa, intercambio cultural?
un abrazo
Inquietante relato, con un rrrrrritmo muy eficaz.
Salu2:
Era la pobre Milagros la que estaba hecha un lío, jaja!
Un saludo.
A pesar de las dudas y las sospechas, creo que era un matrimonio muy bien avenido... De ahí esa complicidad gastronómica...
Un abrazo.
No vengo a comentar que me entretuvo mucho tu cuento sino a hacer una denuncia.
¿Aquellos platos con nombres de nacionalidades lejanas, tienen su contraparte en aquellos sitios? En otras palabras, ¿la ensalada de papa, en Rusia se llamará ensalada neozelandesa? ¿Al pato con salsa de soja y almendras en Pekín se lo llamará pato alemán? Y en otras disciplinas, ¿ya se habrá abierto en Inglaterra una sucursal de El Corte Español?
Un beso grrrrande,
D.
¡Me ha encantado, es un guión de cortometraje, ahí sale tu vena ¿frustrada? de directora de cine!
¡¡¡¡Que fuerrrrrrte que el marrrrrido rrrrrresulte espía Rrrrussso!!!!
¡Lo de la ensaladilla es de traca total Merceditas...
Mil besitos volados, de vuelta.
Encima de que el pobre no tenía ningún defecto en la posición lingual... En fin, las hay desagradecidas y sólo miran los fallos.
Pero que quería esta buena señora, ser la esposa de un espía o cornuda????
Es preferible como fue, ¿O no?
mariarosa
Minha mui querida Mercedes, Mercedes...realmente, não sabemos quem realmente esta ao nosso lado, ou acreditamos que sabemos quando nos interessa, acho que é o caso de Milagros. Num mundo onde se pode dormir com o inimigo, ela preferiu o desfecho (genial)que mais uma vez nos brinda com tão, digamos, quase romântico conto.
ps. Meu sempre imenso abraço e grato sempre pelos teus contos, tua existência, teu carinho...
Grrrrrrrracias porrr tu comentarrrrio, Serrrriecito
;-D
A mí lo que me quita el sueño es saber si en Hamburgo las hamburguesas se llaman hamburguesas... y no hablo de las señoras nacidas en esta ciudad. Bueno, me quita el sueño... pero no el hambre!
Un beso gastronómico-global
PD.-Lo de EL Corte Español no lo sé seguro, pero aquí ya han abierto una sucursal de "Harrodes" (versión de "Harrods" made in Juan Pablo... o Ivan, o como quierrra que se llame)
Esa es la vena que en la actualidad sólo transporta horchata,jajaja!
(Un día que te quiera torturar, te hablaré de los cortometrajes realizados en mi época de universitaria...!)
Mi querrrrrrida Brrrrrujita, feliz de volverrr a verrrrte por la blogosferrrrrra! No te me vayas otra vez, mujerrr!
Mua, mua y requetemua!
A mí me parece que bajo toda esta rocambolesca historia se esconde la excusa de Milagros para pegarse unos buenos lingotazos de vodka...¿Cómo lo ves?
¡.....Se merece ser las dos cosas, jajajaja!
Un abrazo!
Mi queridísimo Jair, Jair...siempre lees "más allá" de la historia, siempre vas al fondo en busca de explicaciones, intentando comprender las reacciones de los personajes y comparando con la realidad, que por suerte o por desgracia, no se diferencia tanto de los cuentos...!
Siempre te estaré agradecida por tu presencia tan necesaria en mi blog!
Un inmenso abrazo y un brindis con el vodka de Milagros!! :-D
Lástima que los rusos no tienen ni idea de lo que es la ensaladilla rusa...aunque eso no es lo importante de esta historia=)
Hombre, pues claro, todo el mundo sabe que en esta historia lo que importa es... el vodka ;-D
Pobre mujer, que lio.... y sin disfrutar el vodka.
Abrazo
Me gusta su sitio web y lo que hay dentro. Así que me toca a mí decir felicitaciones por su logro y le deseamos buena suerte para las actualizaciones.
Nada, beber para olvidar, jajaja!
Gracias, un saludo.
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