CONVERSACIÓN INFORMAL PERO PROFUNDA CON MARCEL PROUST, EL HOMBRE… DEL TIEMPO

-Mira, Marcel, lanzarse a buscar el tiempo perdido es peligroso.
Bueno, no es que sea peligroso.
Es que es imposible.
Y que sepas que no me ha gustado nada llegar a esta conclusión.
¿Cómo expresar la sensación de volver a poner los pies en una ciudad, tras dieciocho años de ausencia, y no reconocerla? Dime, Marcel, ¿por qué me encuentro perdida y desorientada por unas calles que antes recorría con los ojos cerrados?
En mi cabeza se entremezclan otras calles de otras ciudades que he ido visitando a lo largo de todo este tiempo…
La confusión es total.


La impresión de no pertenecer a este lugar es constante. Y la reacción de la ciudad no ha sido muy diferente de la mía:
Tampoco me ha reconocido.
Cojo el flamante tranvía (en el pasado sólo un proyecto) para visitar la universidad, mi universidad; apenas reconozco un trayecto que había hecho a pie infinidad de veces. Bajo con una multitud de estudiantes que por edad podrían ser mis hijos, y les sigo, porque he olvidado el camino.
La universidad tampoco me pertenece.
Todo son edificios desconocidos, calles nuevas…


Y vías. Muchas vías.
De tranvía.
Todo está cambiado, Marcel.
¿Ha sido un error volver?
¡Marcel, ayúdame, hombre!
-Ma chère Megsédès, la lecsión es contundenté: los recuegdos no se encuentjan en un lugar determinadó, sinó en nuestjó interior. No vale la pená desplasarsé. Ni ella es la misma siudad, ni tú ejes la misma pejsoná. Un viaje físicó no tiene nada que ver con un viaje por el tiempó.
-Marcel…
-Dis-moi, ma chère…
-…Sácate la magdalena de la boca para hablar…

- …Ostras, tenías razón. Qué descanso. Si hasta parece que respiro mejor. Merci.

24 comentarios:

Lidia dijo...

Osti, qué bueno! ;D

Pues sabes que a mí me pasó lo mismo hace unos años, cuando volví con una amiga a la ciudad donde habíamos hecho juntas el Erasmus, con la intención de rememorar viejos tiempos, y fue un tremendo chasco... Desde aquella vez, cuando vuelvo a una ciudad donde ya he estado, nunca espero encontrar lo que ya encontré, sino algo nuevo.

Lidia dijo...

Por cierto, de lo de la madalena en la boca me voy a acordar pa siempre, qué bueno! ;D

Anónimo dijo...

Chica, yo me llevé una decepción de mucho cuidado! También es que habían pasado casi 20 años... Y lo peor es que me dí cuenta de que yo tenía poco que ver con aquella estudiante veinteañera que salía por primera vez de su casa... (y ya no hablo del físico... ese tema ya ni lo toco, ja,ja, ja,ja!). Guardo muy buen recuerdo de aquella época, ayyy...

PD.- Lo de la madalena se me ocurrió de repente; me imaginé a Proust medio atragantado con la madalenita mojada en té, y me dio la risa... ;-)

Anónimo dijo...

Los viejos tiempos...aixxxx. Yo tb volví con una amiga a la ciudad en la que habíamos estado de Erasmus, y todo era igual, pero al mismo tiempo no era igual, porque ya no estaba la gente con la que tan buenos ratos habíamos pasado. Y nos dio una nostalgia... aunque así y todo nos gustó volver.

Mercedes Pajarón dijo...

¿Por qué esa necesidad de volver, tarde o temprano, si sabemos que no es igual?

Ayyy, la nostalgia otoñal me invade...!

Anónimo dijo...

Porque a los sitios que a una le gustan, hay que volver. Aunque sea para llenarse de nostalgia

Anónimo dijo...

Yo no tengo ese problema, como no hice Erasmus ni nada... Total, pa emborracharse y no dar golpe también se puede hacer en suelo patrio. (Ays, qué bonita Montepellier...!)

Cariños míos, los desencuentros entre nuestros recuerdos y la realidad se producen cada vez con más frecuencia a medida que vamos pasando años... (que conste q no quiero llamar "viejo /-a" a nadie). Como dice Proust, las ciudades cambian, pero -más importante aún- también cambian nuestros lugares interiores (las moradas, que diría la Santa de Ávila). Si hasta me pasa a mi con las pelis que me estusiasmaron cuando tenía 15-17 años (Grease, Flash Gordon, ...) y que ahora me parecen una solemne chorrada.

Lo de la magdalena es genial, MerC! Has dejao al pobre Marcel patifidifois! (me recuerda a aquella lacónica expresión: "En fin, cenemos...") ;-)

Anónimo dijo...

¿Recuerdas (haaala, otra vez nostálgica), Yatusabesmarcelin-pain-et-vin, tu corta estancia por Montpellier en agosto del 88 (1988), antes de ir a UK, y la habitación de la universidad, mala imitación del camarote de los hermanos Marx??

PD.- La historia tenía otro final, pero mon cher Marcel (cangrejo, para más señas) y su madalena vinieron en mi ayuda, y me inspiraron. La patidifoise fuí yo.

Lidia dijo...

Era habitación de residencia universitaria del CROUS?
Jo, son míticas... ;)

Anónimo dijo...

Eeefectivamente, del CROUS CROUS KLAN!!
:-D

...Dentro de esas habitaciones descubrí el verdadero significado de la expresión "avoir le cafard"...Angelitos, qué hermosos se criaban, los bichejos!

PD.- Oye, esta Marina te ha dejado el pelo sensacional!!! Menudo new look!! Fiiiuuuuuu Fiiiiuuuuuuuu!
:-)

Unknown dijo...

Hombre guapa cuando han pasado 20 años es normal! todo cambia

siempre hay que ir como si nunca hubieras estado, no esperar las imagenes del pasado porque nunca son... todo cambia amiga! todo cambia...

Anónimo dijo...

...LO peor, n-a-s-a, es ir a buscar algo que sólo existe en tu cabeza... Y tú lo sabes, sabes que es imposible encontrarlo, pero insistes...

Qué quieres, soy una testaruda tauro, ja,ja,ja!

Anónimo dijo...

jo, pues del proust yo sólo recordaba lo de la magdalena ( es como lo de poner - únicamente, uf - en el examen de lengua que larra tocaba la guitarra,porque recordaba la foto en el libro ¿ te acuerdas, pseítas??). La memoria esmuy muy selectiva...


Ya-tu-sabes-marce-lín, por favor, cuéntame lo de "En fin, cenemos..." que me ha llegado al alma...

Anónimo dijo...

Pues yo estuve en Montpellier haciendo un curso de verano y me alojé, como no, en una residencia del CROUS, pero no me acuerdo de cómo se llamaba... estaba en las afueras... A ver si hemos estado en la misma ;)

Anónimo dijo...

¿Te acuerdas, Machulá, en un examen del instituto, que pusiste que Lorca tocaba el piano, porque había una foto del poeta en cuestión delante del instrumento?

Anónimo dijo...

Pues yo estuve dos veranos en la de "Vert-bois", y uno en "La voie domitienne". Las dos están en las afueras (bueno, ahora casi en el centro...Montpellier ha crecido una barbaridad!!!)

Anónimo dijo...

machulá,

era mi comentario a uno de los primeros cuentos de MerC; no sé muy bien cómo estaba la cosa: uno que le dice a su pareja que le está engañando o que ya no le quiere, o algo así; y al final, para no seguir enrollándose y empeorar el asunto, y para cortarlo, dice la frasecita de marras.

Anónimo dijo...

ajjjj, es verdad, que era el piano y no la guitarra, pues estoy buena...

menos mal que lo de la magdalena sí lo recordaba, que podía recordarle con cariño pero tomándose un sobao o un sandwich mixto...

muchas gracias por la información, ya tu sabes, claro, una expresión así sólo podía venir de un gran escritor-a ...

Anónimo dijo...

Yo creo que "cafard" y "residencia del CROUS" son dos cosas que van indiscutiblemente unidas, ma chère Mersedésss; cuando yo estuve alojada en una de ellas en Aix-en-Provence te aseguro que en mi habitación no vivía yo sola... ;-)

Anónimo dijo...

Yo estuve un verano en una residencia de estudiantes de Edimburgo: mucha norma, mucho tutor vigilando y haciendo ver q te amenazaba, pero había más mierrrRRRda que en el palo de un gallinero. Baste decir que en la cocina no se veía el fregadero pq estaba lleno de cacharros usados amontonados y te quedabas pegado en aquel horrendo suelo de sintasol (mira que les gusta el sintasol y la moqueta a los ingleses... aggggg).

(Para l@s que no me conocen, soy cáncer con ascendente virgo y el desorden y la porquería me ponen de los nervios, aunque a veces lo disimulo muy bien)

Anónimo dijo...

Jó, Noemí, yo pensaba que estaban todas las cucarachas en mi habitación!!!!!!!

Anónimo dijo...

Sí, Yatusabes, mucho té, mucha pasta, mucho gato al lado de la chimenea,... y mucha mierdecilla también!
Nobody is perfect...

Anónimo dijo...

Machulá, he aquí la respuesta de Yatusabes con el famoso "en fin..., cenemos": (con permiso de Yatusabes, espero! ;-)

Ya tu sabes dijo...
RESPUESTA:
"Yo las he visto por la mañana, al salir a trabajar. Seguramente cuando te has ido ya se habían borrado. Llegaban hasta el umbral de la puerta y no he podido dejar de pensar en el sueño de anoche. Me dormí enseguida, después de nuestra interminable y maravillosa noche de amor. Era un sueño tranquilo, inducido por aquella languidez placentera que te queda cuando has satisfecho tus ansias de gozo y te sabes compartiendo el calor del lecho con la persona a la que amas, junto a ella, sintiendo el roce del hilo de la sábana y el terciopelo de su piel. Pero de repente me he despertado con un sobresalto. Ya me ha había pasado en otras ocasiones pero esta vez ha sido algo más fuerte, más vívido. La amenaza era más real. Pero no era una amenaza física; desde luego, no me ha despertado el miedo a que nos fueran a matar, no. Ha sido algo peor: alguien se interponía entre tú y yo. Yo iba desapareciendo y su figura crecía y crecía junto a ti. Podía sentir su menosprecio, el desdén con que me observaba (ni siquiera sentía odio hacia mi), el amor melancólico que aún te profesa, el deseo que todavía le quema. En la calle, caía la nieve brillante bajo la luna. Silenciosa. Un escalofrío me ha recorrido la espalda. Abrazado a tu cuerpo, mi pecho contra tu espalda, tu aliento sobre mi mano, me he vuelto a dormir, pero la desazón no me ha abandonado. ¿Me sigues queriendo? Es que no consigo alejar de la cabeza una frase que no sé de dónde he sacado: “Un bulto que cambia de cara, de nombre, de cuerpo y de sentimientos demasiado a menudo, y que hace tiempo que dejó de tener mi cara, mi nombre, mi cuerpo y mis sentimientos”. En fin..., cenemos."

Lidia dijo...

Por cierto, me he acordado hoy. Hablando de Proust, ¿has visto "Pequeña Miss sunshine", el tío que es "el que más sabe de Proust de Estados Unidos"? Qué bueno me pareció cuando lo vi...

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