
Ayer, husmeando por un cajón, una foto arrugada regresó del pasado.
La hizo mi tía, cuando yo era tan pequeño que sólo había aprendido a observar.
Y era la imagen de la veleta.
Allí estaba el gallo, tan obediente como el primer día, siguiendo la orientación que la flecha le indicaba, bajo un cielo recién levantado.
Esta vez, sin embargo, no chillé como un loco al descubrirlo de nuevo…
Conservé durante años esa foto en mi habitación, sin saber apreciarla en su significado más profundo, pero cogiéndole un cariño especial a medida que me alejaba de la niñez.
Ahora, ya nada es como entonces.
En cambio, el gallo, intacto, continúa siendo fiel a la flecha, que le señala su futuro. Y es que esto es lo que hay, señoras y señores: la veleta cambia con el paso del viento; nosotros, con el paso del tiempo.
6 comentarios:
¿Pues sabes que creo que nunca he visto una veleta de éstas con un gallo? sólo recuerdo los típicos molinillos que giran que hay en algunos tejados...
P.D Ahora, lo que es a personas veletas, sí que he visto unas cuantas, jajaj
Jo, nena, pues en los pobles aún puedes ver alguna veleta de las "clásicas"... y en la ciudad, lo que dices, personas veletas, que cambian con el viento, con el tiempo, y con lo que les echen, jua, jua, jua!
será que aún tengo la neurona en stand-by, pero yo no lo entiendo...
¿...Quién entiende al viento?
¿...Quién entiende al tiempo?
Ay, el tiempo es un gran maestro, pero mata a sus discípulos.
Y el viento, ¿qué es el viento? ¿una palabra no articulada? si es verbo, es una realidad, pues cuando le damos nombre a algo, hacemos que exista para nosotros...
Pensad, pensad, queridas y queridos míos.
Pos como a mí me enseñaron en el cole: el viento es............... el aire en movimiento! XD
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