Sucedió una tarde de domingo; me encontraba tan angustiada delante de los libros, que tuve la necesidad de salir al balcón para respirar. Y como siempre, mis ojos fueron a parar directamente al vecindario, que andaba muy desanimado… Claro, ¿quién iba a estar en casa con un día tan fantástico?
De repente, y como si quisiera responder a mi pregunta, un señor se asomó a un balcón. Debía de tener cuarenta y pocos, alto, buen tipo, moreno, bastante agraciado, lucía pierna en pantalones cortos, y miraba distraídamente a los alrededores. En aquel momento me sentí un ave rapaz dispuesta a abalanzarme sobre él con los prismáticos para apoderarme de su vida privada estival. No tardé mucho: al día siguiente, ya organizada como una profesional (como espía profesional, quiero decir), esperé pacientemente hasta que mi vecino apareció a las diez y media de la noche; estuvo ¡unos segundos! en el balcón, y se metió enseguida en casa. Vamos, que sólo tuve tiempo de inspirar su atractiva silueta negra en pantalones cortos como si de un fantasma se tratara. Aunque vaya fantasma: ojalá todas las apariciones fueran como ésta. Y fue en aquel momento cuando le bauticé como “el cretino”. Cretino por ser tan escurridizo, por no darme la oportunidad de hurgar en su vida, y por no dejarme estudiar en todo el día. Díganme si con estas ideas alguien puede concentrarse para estudiar. No había manera.
Los demás días transcurrieron de igual forma, hasta que llegó el fin de semana. El viernes noche no apareció por casa. Ni una luz, ni una ventana abierta, nada. Me imaginé que la cena se le había alargado con vaya usted a saber qué. El “qué” lo descubrí el sábado a la hora de comer, cuando la puerta del balcón se abrió. Mi corazón empezó a latir con fuerza hasta pararse en seco al asomarse una chica pelirroja, un poco despeinada, poquita cosa, que encendió un cigarro con poco entusiasmo y echó un lento y perezoso vistazo a lo que era el barrio. ¡Vaya, vaya, había estado de juerga con una amiguita, mientras a mí se me habían dormido las piernas desde mi puesto de observación! Sin duda, era un cretino.
El domingo fue una copia del sábado, pero debió de mandar a casa a la pelirroja fumadora, porque después de comer volvió solo, abrió el balcón y estuvo tomando el sol un rato. Por fin las sombras nocturnas se disipaban y daban paso a ese cretino pero atractivo señor que se tostaba al sol urbano de una tarde estival. Los prismáticos hicieron un buen trabajo y me di por satisfecha tras media hora de espionaje ininterrumpido, protegida por la cortina y en postura de contorsionista. Habría seguido más tiempo, pero se me durmieron otra vez las piernas.
La semana siguiente transcurrió exactamente como la anterior: ensimismada delante de un libro, y contemplando la sombra nocturna del cretino en pantalones cortos que se perfilaba en su balcón... Y el fin de semana funcionó también de la misma forma, sólo que esta vez era morena, muy mona, no fumaba, y él salió con ella al balcón charlando amigablemente.
Y así, entre prismáticos, piernas dormidas, pelirrojas y morenas, llegó el último día de julio. A la mañana siguiente me iba de vacaciones y era muy probable que mi cretino también. Era por lo tanto un día triste para mí porque nos tendríamos que separar temporalmente. Lo que no sabía era el fin de fiesta que el destino me tenía preparado por la noche…
Aquella noche, el cretino dejó la puerta del balcón abierta, apagó la luz y se fue a dormir temprano. No, no se asomó. ¿De modo que ésta era la despedida que me había organizado? Me metí en la cama decepcionada e insomne. En esta desagradable situación me encontraba cuando, de repente, un grito de mujer -¿grito? Bien podríamos hablar de aullido- heló mi sangre caliente con una sola palabra:
-¡Fueeegoooo!!
¡Con qué rapidez salté de la cama y subí la persiana! Enfrente, un aparato de aire acondicionado despedía llamas y un humo negro y denso que ofrecía una imagen mucho más dramática de lo que sucedía en realidad. “Qué curioso”, pensé, “yo, que estoy acalorada, tengo ahora la sangre helada, y sin embargo, el refrescante aparato de aire acondicionado está ardiendo”…
Fue entonces cuando la figura del cretino surgió con todo su esplendor, la cabellera revuelta, su musculatura en tensión... ¡y con un tanga rojo como única vestimenta! ¡Aquella imagen era justa recompensa a las horas perdidas espiando con los prismáticos!
Nunca olvidaré aquella noche, porque fue la verdadera despedida de mi cretino. Tras las vacaciones, regresé con la ilusión de un reencuentro, pero su piso estaba vacío. Se había ido. Ya no estaba. Un cartel colgado en aquel balcón que había disfrutado de su tanga rojo anunciaba que estaba en venta. El piso, quiero decir, no el cretino, ni el balcón, ni el tanga. Y no he vuelto a saber nada de él. En septiembre, coincidiendo con el suspenso de mi asignatura pendiente, vendieron el piso del cretino a una familia con dos niños.
Ahora, cuando aquel tanga es sólo un borroso recuerdo rojo en mi memoria, les pido que, si un día ven en la casa de enfrente a un atractivo señor de unos cuarenta años, asomado al balcón y ataviado con un tanga rojo, me avisen lo antes posible. Sin duda será el cretino.
Aquella noche, el cretino dejó la puerta del balcón abierta, apagó la luz y se fue a dormir temprano. No, no se asomó. ¿De modo que ésta era la despedida que me había organizado? Me metí en la cama decepcionada e insomne. En esta desagradable situación me encontraba cuando, de repente, un grito de mujer -¿grito? Bien podríamos hablar de aullido- heló mi sangre caliente con una sola palabra:
-¡Fueeegoooo!!
¡Con qué rapidez salté de la cama y subí la persiana! Enfrente, un aparato de aire acondicionado despedía llamas y un humo negro y denso que ofrecía una imagen mucho más dramática de lo que sucedía en realidad. “Qué curioso”, pensé, “yo, que estoy acalorada, tengo ahora la sangre helada, y sin embargo, el refrescante aparato de aire acondicionado está ardiendo”…
Fue entonces cuando la figura del cretino surgió con todo su esplendor, la cabellera revuelta, su musculatura en tensión... ¡y con un tanga rojo como única vestimenta! ¡Aquella imagen era justa recompensa a las horas perdidas espiando con los prismáticos!
Nunca olvidaré aquella noche, porque fue la verdadera despedida de mi cretino. Tras las vacaciones, regresé con la ilusión de un reencuentro, pero su piso estaba vacío. Se había ido. Ya no estaba. Un cartel colgado en aquel balcón que había disfrutado de su tanga rojo anunciaba que estaba en venta. El piso, quiero decir, no el cretino, ni el balcón, ni el tanga. Y no he vuelto a saber nada de él. En septiembre, coincidiendo con el suspenso de mi asignatura pendiente, vendieron el piso del cretino a una familia con dos niños.
Ahora, cuando aquel tanga es sólo un borroso recuerdo rojo en mi memoria, les pido que, si un día ven en la casa de enfrente a un atractivo señor de unos cuarenta años, asomado al balcón y ataviado con un tanga rojo, me avisen lo antes posible. Sin duda será el cretino.
29 comentarios:
AAAHHH, Merceditas... mirar mirar. ¿Por qué me escribes estas cosas? je. Ya me gustaría a mí mirar ahora que viene el veranito.
AAAHHH, las paradojas, suele pasar: la sangre helada y el refrigerador ardiendo.
Te recomendaría que hagas lo que yo: cerrar los ojos y...
Feliz día de miércoles, ya sabes... que te traten con cariño en esas visitas ésas que vas a hacer con tu mami.
Besósculos besósculos mayúsculos. muamuamua
no creo que si mi vecino fuera un hombre musculoso y en tanga yo lo estubiera espiando, pero si por azares del destino sale en tanga sin duda te pondre un comentario e intentare tomarle una foto para ver si corroboro con el perfil haha. Muy buen post.
Saludos
Buenos días, Albertito! Premio por ser el primer comentarista!
Uf, hay vecinos que más vale no ver ni palpar! Tengo yo un buen puñado que ya, ya... que somos muchos y mal avenidos!
Bueno, por ahora en las visitas me han tratado con cariño, cosa que se agradece en estas circunstancias! Estoy agradablemente sorprendida... Esta tarde, más, y espero que sea con la misma calidad humana!
Recojo tus besósculos y te los devuelvo corregidos y aumentados! Allá van!!!!!!!! Muamuamuamua
muamuamuamuamuamuamuamuamuaaaaaa
Ja, ja, ja, ja!!!! Pues nada, confío en que lo harás!!! A ver si entre todos encontramos al cretino, ja ,ja, ja!!! (A lo mejor incluso, en esta búsqueda, aparece más de un cretino de tanga rojo!!)
Un saludo!
MIRA QUE ACORDARTE AHORA DESPUES DE UN AÑO,ERES COMO ERES,ESO CREO QUE NOS A PASADO A TODOS,POR QUE TODOS SOMO MIRONES SI ALGO SE PONE DELANTE DE NUESTROS OJOS....ABRAZO..........
Déjame hacerte una pregunta: ¿este texto es de ahora, o es de hace tiempo y lo has recuperado? Veo un estilo distinto...
Ten cuidado, si ves a la vecina de enfrente mirándote con unos prismáticos, porque puedo ser yo, ja, ja, ja!!!!
Besos!
A ti te voy a engañar, perspicaz Minoe, a ti! ;-D
No estoy segura si te avisaría, jajaja. Ha sido genial, me he divertido leyéndolo y el suspenso creo que fue justo, no se puede tener todo en la vida, aprobado y cretino es demasiado.
Un beso muy fuerte, eres estupenda.
En lo personal odio las ventanas, no me compadezco del cretino, pero me encantaron las fotografías; no se si pensar en ver es lo mismo que sentir, ahora si da resultado tal aventura la espía, no es una creadora ni articula la monotonía de un día; pienso que la creadora es una persona intensa en busca de una vida cinéfila en plena vena.
Es lo que he sentido palpitante en está parte: “Aunque vaya fantasma: ojalá todas las apariciones fueran como ésta. Y fue en aquel momento cuando le bauticé como “el cretino”. Cretino por ser tan escurridizo, por no darme la oportunidad de hurgar en su vida, y por no dejarme estudiar en todo el día. Díganme si con estas ideas alguien puede concentrarse para estudiar. No había manera.”
Bonito ejercicio, debo añadir de salida, cuidado si se hace un vicio, hahaha.
Saludos, me parecido muy cómico imaginármela con las rodillas dolidas.
Anda MerC! eso no me imaginaba yo...que la razón de tus piernas dormidas era por esperar al cretino!!! yo creía que era.....bueno mejor..... sin muchos detalles...jajjajajajaaja
me has hecho reír mucho!!!! 10-Q
pd:yo si lo encuentro, te hablo en seguida, mmmmm..... y si sucede como con el policía?....o quien sabe si ya lo tenga secuestrado en este mismo instante!!!!!! ;)
Hola,de paseo visitando amigos y amigas y por supuesto paro aqui,tu entrada esta muy buena y tu sitio de igual modo,sigo viaje y te invito a peregrinar algo nuevo,un fuerte abrazo y mucha luz...
Aquí el que se llevó el aprobado (qué digo, aprobado, matrícula de honor!) fue el cretino, ja, ja, ja!
Gracias por tus palabras! Te mando otra de esas palomas que no se equivocan, con un gran beso!
Siempre un placer recibir tu visita!!
Si se convierte en un vicio, es el mejor que se puede tener en tiempos de crisis, ja, ja, ja!
Un abrazo, y ...cuidado con las ventanas indiscretas...
Pero mucho cuidadito con decírselo a Ralph, que se puede poner celoso, ja, ja, ja, ja!!!!
Un beso de rodillas dobladas! XD
Encantada de que hagas un alto en tu camino para visitarme! Tu blog es muy interesante; ya se ha convertido en parada obligatoria y placentera!
Un fuerte abrazo y buen viaje!!
Hoy te doy yo los buenos días primero!! Feliz jueves! ¿Qué, pasaremos calor? Aquí se nota un ambiente muy agradable...
Un abrazósculo tremendo!! Y muchos muamuamuamuamuamua!!!!
Merceditas, Merceditas... buenos días. Feliz jueves, claro. Que etngas la suerte de mirar algo hermo0so y... luego me lo cuentas.
Besósculos besósculos mayúsculos... muamuamuamua. Qué ricos saben.
Que aproveche el desayuno.
Yo te cuento lo que tú quieras, Albertito, que para eso soy una cuentista (aunque suene un poco mal, jii, jiii)
Un beso de esos de tonelada y media!! MUAAAAAAAAAAAAA!
¡No sabe el "cretino"lo que se perdió!por hacer cambio de domicilio... Y nunca sabrá que fue punto de mira de una cuentista y culpable de un suspenso. He corrido a mis ventanas y aunque hay mucha "piel" en las terrazas y piscinas, no me coincide ninguno con tu descripción...seguiré ojo avizor .
Besito volado.
MERCEDES, NO MAS COMENZAR A LEER TU HISTORIA, ME VINO A LA MENTE UNA REAL QUE ME SUCEDIÓ A MI EL AÑO PASADO EN EL PUERTO DE LA CRUZ; YO ESTABA EN UN APARTA-HOTEL QUE TENÍA UN BALCÓN PRECIOSO, EN FRENTE UN EDIFICIO CON SUS OCUPANTE, PUES BIEN , CADA DÍA UN TIPO DE MEDIANA EDAD ( AUNQUE NO ESTABA MUY BUENO) JEJEJE SE PONÍA A FUMAR Y SE FIJABA EN MI BALCÓN QUE ESTABA CON LA CORTINA CORRIDA Y YO ESTABA TUMBADA EN EL SOGA LIGERA DE ROPA ( POR LA CALOR, CLARO)PUES ASÍ CADA DÍA EL COTILLA SE PASABA UN BUEN RATO VIENDO HACIA MI BALCÓN, YO QUE SOY MAS MALA QUE EL HAMBRE, EN LUGAR DE CERRAR CORTINA O TAPARME MAS, ME PONÍA MAS SEXI, CON LA ÚNICA FINALIDAD DE FASTIDIAR AL MIRÓN Y SE FUERA HACER UN P... JAJAJA A FIN DE CUENTAS NO LE CONOCÍA Y ME RESULTABA CHISTOSO EL TEMA JAJAJA....
UN BESO Y FELIZ SEMANA
El color de la tanga del cretino habrá sido lo que provocó el incendio?
Y, ay! MerC! Hiciste que mi memoria rebobinara recuerdos:recién mudada yo a esta ciudad,21 años atrás (ahhhh!), me instalé con marido e hijos en un departamento en planta baja, muy bonito, con jardín y todo.
En el piso de arriba, tenía, por supuesto, vecinos:una pareja con dos niños.Un mediodía, hubo revuelo en la vereda de enfrente...me contaron después, que este mi vecino de arriba, cuando llegaba a almorzar, previamente tomaba un baño, y salía al balcón envuelto en un toallón....que se sacaba y colgaba en la reja de protección! Te imaginarás! El hombre no era para nada agraciado, pero el espectáculo no era para desperdiciar.Hete aquí, que la vecina de enfrente, tenía en su casa un taller-escuela de pintura, en el que me inscribí, por supuesto, en el turno de las 13 horas, momento en que el mujerío ávido de artes plásticas, miraba por la ventana del taller el prodigio del departamento de enfrente,sobre el mío.Historia real!
Y bueno, ya usé demasiado espacio contando hechos reales.
Muy bueno tu cuento, me divirtió muchísimo.Y si veo a tu cretino, tranquila que te aviso.
Besotes!
Sí, porfavorporfavorporfavor, a ver si lo encuentras! ¿Crees que la descripción del cuento bastará para que lo reconozcas? ja, ja, ja!
Un beso!
Ja, ja, ja, ja, vaya, vaya, buena historia! Claro, es que ese pobre hombre no sabía que se las estaba viendo con Diablesa!!!!!
Me ha encantado que nos contaras esta anécdota!
Besos y feliz fin de semana, que ya llega!
Ay, Rayuela, que me parece que el tanga del cretino actuó en ti como la magdalena de Proust, juajuajua!!! La historia es buenísima, no tiene desperdicio!
Una pregunta: ¿alguna de vosotras pintó un retrato del señor en cuestión? ¡Os pusieron un modelo en bandeja!!
Besos sin toalla!!! (hala, qué descocada, juajua!)
Cretinos eran los de antes...
Ahora son todos lights mirones.
beso,
Y yo sin poder mirar. Aunque mira que si tocando tocando me encuentro con cierto tanguitaaa... uuummm...
Besósculos.
P.D.: ¿de qué color era...?
muamuamuamua
He ahí una muestra más de la decadencia del ser humano...
Besos mil!
No temas, Albertito, que el del tanga se fue... con tanga incluido, jee, jee!
Besósculos mayósculos!!!
PD.- Rojo, rojo, era rojo pasión!
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