Eugenio Kronchinstein procedía de una cuna tan alta como trágica: desde tiempos inmemoriales, la sangre azul de su estirpe había transportado por las venas tal cantidad de títulos nobiliarios que la mayoría de antepasados había fallecido por oclusiones arteriales.
No sólo la salud había sido motivo de preocupación: la lista de Kronchinstein desaparecidos en su morada, un inmenso y antiquísimo castillo, estaba bien nutrida. Sin ir más lejos, Eugenio no volvió a ver a sus padres desde que un aciago día se aventuraron a recorrer aquel laberinto de piedra con profundos sótanos, misteriosos recovecos y traidores pasadizos secretos. Por más que extremaron las precauciones, se perdieron como tantos otros miembros de su familia y jamás regresaron.
Traumatizado por los dos males que le acechaban pero con la enérgica determinación de convertirse en el Kronchinstein más longevo, Eugenio desafió al destino: se desprendió de sus títulos, se deshizo de su fortuna y abandonó su hogar para entregarse en cuerpo y alma a los brazos de la más miserable indigencia.
Y aunque su vida estuvo plagada de innumerables sinsabores y se arrepentía de la decisión tomada cuando el hambre le torturaba lentamente y el frío le mordía sin piedad, murió con la inmensa satisfacción de haber alcanzado los ciento doce años.
Misión cumplida.
26 comentarios:
DESTAPO SUS ARTERIAS DE TITULOS NOBILIARIOS. CASI QUE ADIVINA MI MERCURIO ESTA MUY BIEN UBICADO ;) ADEMAS TENGO 4 PLANETAS EN LA CASA 3, LA ANALOGA CON GEMINIS, Y SOY ASCENDENTE EN GEMINIS TAMBIEN.
LA ESPERO EN ESTE Y MI ANTERIOR POST DONDE LE DEJE ALGO SOBRE SU VENUS, QUE TAL VEZ NO VIO.
Ja,ja,ja aligeró la sangre y el bolsillo... Quizá eso del hambre logró que su colesterol se frenara y por eso lo de la longevidad...
Besito volado.
Parece que vamos volviendo al redil, querida amiga.
Espero retomar esa necesaria necesidad (juajuajua- ridiundancias) para pasearme por estos cuentos y explorarlos a gusto.
Buena noche agradecida siempre.
Besósculos retornósculos.
Definitivamente, ningún Kronchinstein escapó al maleficio…
D.
PD: ¿Cuánto de cierto hay en esa leyenda que afirma que el último eslabón de la sangre Kronchinstein es la pequeña Susan, esposa del gobernador Schwarazenegger?
estirpe maldita, sin embargo la historia tiene en alguna forma su final feliz; sorprendente!
un abrazo
Blas
Desprendimientos para alcanzar la longevidad... ¡Buen título y mejor argumento!
Me encanta verte de vuelta,Mercedes!
El comer raleado le detapo las arterias. Al menos cumplió su consigna.
Muy buena historia.
Un beso Mercedes y buen comienzo de semana.
mariarosa
Ahhhh, envidia me das con tu mercurio...! :-) ¡Te lo cambio!
Y sí, por supuesto que sí, leí tu Venus y leí mi Venus (biieeenn, al menos un géminis, aunque quizás sea en la posición más arriesgada, jajajaj). También te respondí, con la boca abierta, claro, porque siempre aciertas y dejas a mi pobre mercurio sin palabras.
Gracias!!!!!
...Ya puestos a morirse de hambre, pensó que más valía hacerlo en la calle y no perdido en su castillo, juajua.
Un gran beso y muchos ánimos para seguir el camino!
Pues yo me hubiera quedado en el castillo, lo tengo clarísimo. Me encantan las mansiones y los castillos. Aunque sólo hubiese vivido hasta los ochenta años, o menos.
Y quién sabe si esos pasadizos secretos llevaban a otra parte de la que ya no se quería volver...
Un saludo, Mercedes.
Querido Ridundioncio (que rima con...), bienvenido al ciber redil! Hale, ponte las pilas y empieza a escribir esas maravillas tuyas esenciales!
Besósculos aceitadósculos! Mua!
Perdona, Mercedes, he tenido que eliminar dos comentarios míos, porque han salido por triplicado, jeje.
Saludos.
...Y además, no sé si valió la pena malvivir tantos años... Bueno, yo había oído que los Kronchinstein no andaban muy bien de la cabeza... Ya sabes, sangre azul pero contaminada...
PD.- Ssssshhhh, por favor, Daniel, te pido silencio y discreción. Se supone que lo de la pequeña Susan es un alto secreto...!
Yo no habría hecho lo mismo que este Kronchinstein, pero parece que él fue feliz así, y eso es lo que importa, ¿a que sí? Mira, salió el tema de la felicidad, jeje...
Un abrazo, Blas!!!!
Aquí estamos, Lasosita, dando la lata, como siempre. Ya sabes, "mala hierba...", jajajaja!
Me alegro mucho de verte!!!
Como se den cuenta los médicos de que uno de los secretos de la longevidad es no comer, lo vamos a pasar muy mal hasta los 120 años!
Un abrazo, y lo mismo te deseo, una feliz semana!
Bah, no te preocupes por lo de los comentarios. No sé qué demonios pasa a veces con blogger.com, pero no andan muy centraditos...
Oye, que estoy de acuerdo contigo, dame caserones misteriosos para explorar y seré feliz!(¿influencia de mis lecturas infantiles de "Los Cinco"? Quién sabe...!)
Encantada de volver a verte! Un saludo!
que mansión tan misteriosa...
exactamente igual que el dueño (yo tb quiero el secreto de sus 112 años)
Pues ya ves, la mala vida fue su secreto...
A veces el tener un único objetivo se convierte en obsesión y nos ciega... es mejor tener la mente abierta. Pero bueno, si el cumplirlo le hizo feliz aunque malviviera...pues algo es algo (supongo)
Buen relato :-)
Claro, claro, Minoe, lo mejor no es tener un único objetivo, sino tres o cuatro, je, je, je, jeeeee.....
... será por eso ese dicho indú que dice más o menos algo así como que la comida además de engordar, envenena, y velay, mira tú, el prota, con hambre, pero sin veneno en las arterias y, hasta los 112 !ahí es ná!, pa coger nota, sí, sobre tó, después de las vacaciones... que los kilillos, se evidencian, cachis en la mar.
Un besote enormísimoooooooooooooooo
.....Ayyyyy, malditos kilos vacacionales!!!!!!! Oye, y son tan malditamente fieles que no se van ni a tiros, jajajaj!
Un gran beso!!!!
Gracias por este gran sitio, muy abigarrado las ideas buenas e interesantes. Especialmente mantenerlo. Buena suerte
Con cordialidad
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