“Si quieres bolver a ver tu biolin sano y salvo, ven ha las siete de esta tarde a la Piazza della Pizza con la partitura que ya saves. No avises ha la policia; de lo contrario, la vida de tu instrumento tendra los segundos contados”.
En un primer momento, Berta leyó y releyó entre oleadas de estupor la nota escrita con letra presurosa y nefasta ortografía sobre una arrugada cuartilla que acababa de encontrar en el interior del buzón. Al parecer, unos delincuentes habían conseguido entrar en su propio hogar y se habían apoderado de su preciado instrumento. Para poder recuperarlo, exigían a cambio una reliquia familiar: la partitura de la ópera “Giardini d’incontri”, compuesta por su bisabuelo, el gran Pietro Pomodori.
Berta, devota de su violín, debería de estar desesperada; sin embargo, si la primera reacción fue la sorpresa, la segunda vino acompañada de lágrimas, pero no provocadas por el miedo o el disgusto, sino por una risa chispeante que fue subiendo de tono hasta convertirse en una carcajada descontrolada.
Y no era para menos: hacía días que Berta había llevado el instrumento a reparar porque últimamente desafinaba con demasiada frecuencia. Por lo tanto, el violín robado no era otro que el de juguete de su hijo Vittorio. Sin duda, esos ignorantes delincuentillos de poca monta habían desafinado más que el violín.
27 comentarios:
Es muy posible que hasta el viernes por la mañana no pueda navegar por el ciberespacio, de forma que ni os podré leer ni comentar. Pero dejo abierta la puerta del blog para que podáis pasar; siempre sois bienvenidos!
Hasta el viernes, pues. Feliz semana!
:-D
PD.-He dejado refrescos en la nevera, por si a alguien le apetece tomarse algo mientras lee, o para que a nadie se le atragante el cuento, jua!
¡Pobrecito Vittorio! Siempre dije que para que los niños no sufran esos arrebatos conviene regalarles juguetes que no deseen las mayorías… jeringas, sopletes y demás…
¡Me e dibertido mucho con este cwento!
Umbeso,
D.
me ha encantado este buenisimo relato
Chapuceros! Es que ya no hay profesionales en ningún campo o qué? Vergüenza ajena me da.
(¿Estás disfrutando de la dramática semana sin medios, Mercedes?)
Y lástima que fuera un violín, porque si hubiera sido una flauta, habría sonado por casualidad...
Besos y risitas.
Ay, me alegro de que te haya gustado!! Un abrazo!
....No sé yo si podré resistirlo...Ya te contaré...! (¿Me saldrá un sarpullido por todo el cuerpo????)
Por lo menos, no me faltará mi libreta y mi bolígrafo...
jajajajajaj muy bueno... los ladrones han resultado ser unos analfabestias en algo más que en ortografía jajajaja
He llegado hasta aquí gracias a David Quintana que ha puesto el enlace en su blog.... con tu permiso me quedo porque me gusta mucho este sitio.
Un abrazo.
EN ESE CASO HAY QUE AGRADECER AL ATREVIMIENTO DEL IGNORANTE. SUERTE.
Más que como robarle un dulce a un niño, es robarle un violín a un niño. Jaja.
simpàtico el cuento de estos ladrùnculos despistados , àvidos por la herencia del Pomodori.
me ha gustado mucho; un saludo y felicidades
Blas
jop!! como siempre tus historias tienen un final sorpresivo :O
Nena, sabes que desafinado es el apodo de Luis? jajajajaja, qué bueno. Ya te contaré...
Por cierto, Berta muy contenta, pero pobrecillo Vittorio. En fin, esperemos que la mami enseguida le compre otro... jeje
P.D Los ladruenzuelos musicales deberían ponerse un poco al día de instrumentos si quieren seguir en esa profesión, si no les veo muy mal futuro ladronil, jijiji
Jaja... muy bueno Mercedes. Vaya que grupo de ladrones de poca monta...
mariarosa
jejeje... Yo sería uno de esos. No por ladrón ojo, sino por tener la cabeza en la luna... Besos y mordiscos.
A lo mejor, según opinión de los vecinos vengadores, el niño desafinaba más que la madre.
Ça va bien por Roma?;)
Me dolieron los ojos al leer la nota de los ladrones, creo que me haré un lavado de ojo con una coca cola de las que dejaste en la nevera :) gracias.
Este David es un sol, ya te digo...
Pues mil gracias y bienvenida!!!! Vuelve siempre que quieras, y si dejas tu blog con la puerta un poquito abierta, pasaré a visitarte... :-)
Un abrazo!
Hombre, no, no hay que agradecerles nada, que el pobre niño de Berta se quedó al final sin su violín de juguete! Desalmados, eso es lo que son, unos desalmados...
Gracias por pasar!! :-D
Claro, tarea fácil, pero al niño seguro que le quedó un sabor amargo aunque no le quitaran ningún dulce.
Saludos!!
Y dime, Blas, ¿quién no querría una partitura de Pomodori?? ¿...Acaso tú no?
Vuelvo a la blogosfera después de unos días de cibersilencio...
Gracias! Un saludo!
...Si es que con estos personajes tan impresentables te puedes esperar cualquier cosa, je, je, je...
¿Desafinado????? Jajajajaja!!!! Pues mira, me da la sensación de que no le pega... :-)
En cuanto a estos delincuentuchos, ya ves, dando... la nota, jua!
De verdad, Mariarosa, es que no sé adónde llegaremos con esta poca profesionalidad...
:-)
...Pues no la saques nunca de la luna, porfa!!!! (me refiero a la cabeza, claro) :-D
Un gran beso!!
...Me acabas de dar una idea para poner freno a mi vecinita pianista! :-D
PD.- Vengo confusa: en Roma todo el mundo hablaba francés!! ¿Te lo puedes llegar a creer????
Toma, toma la cocacola... aunque no sé si después de habértela echado en el ojo no verás más faltas todavía, jajajajaj!
PD.-¿Unos cubitos de hielo en el vaso? :-D
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