El marino maniobró con el timón de su pasión para atracar en la vida de Angustias. Durante una temporada, aprovechó para enseñarle el lenguaje del amor en código Morse y, en un descuido, incluso le mostró el palo mayor de su vigorosa nave. A Angustias, para qué negarlo, el corazón le iba a toda máquina.
Pero el tiempo fue implacable y, finalmente, llegó el momento de la despedida: el marino levó anclas con tan despreocupada torpeza que le arrancó el corazón de cuajo, lo arrastró por las oscuras aguas saladas, y acabó siendo pasto de un banco de sardinas. Angustias quedó condenada a galeras sentimentales, mientras el marino, ya en altamar, desplegaba las velas de la indiferencia y seguía su rumbo.
19 comentarios:
gustosa narraciòn en estilo marinero del juego quìmico y sicològico del flirt and go.
de vez en cuando algùn marrano se queda encallado en las orillas.
un saludo
Blas
Sublime, Merceditas!!!!! qué juegos de palabras e imágenes mentales, me ha encantado :-D
Buen título, es tan bueno que casi no hace falta cuento =)
jajajajajaj genialllll nena!!!Yo cuándo leí el título..lo volví a leer de nuevo por si no veía bien :):)Los puercos siempre haciendo marranadas!!:):)Mil besitos
Muy bueno. la indiferencia es lo mejor, no hay sentimiento, y seguir navegando. Hermoso
Abrazo
Hola, un blog lleno de color y sobre todo una multitud de enlaces interesantes. Felicitaciones por su gran trabajo.
Las olas saben devolver lo que uno arrojó a ellas. Ya nuestro marino se amarrará al palo mayor sufriendo el canto de las esquivas sirenas.
Que el viento la lleve a buen puerto.
D.
Jajajaja, efectivamente, Blas! De hecho, me consta que existe una llamada Bahía de Cochinos... Por algo será...!
Un saludo!
Pero mujer, ¿te quedas sólo en que es sublime??? Hay que ver, qué parca te me pones... XD
...Por eso el cuento es cortito, casi más que el título...
Aunque ya sabemos también que a cada cerdo le llega su San Martín, jajaja!
Un gran beso!
Ayy, lo malo es que a veces para llegar a la indiferencia hay que pasar por sentimientos más dolorosos...
Un abrazo.
Muchas gracias por tu visita y por tu comentario!
A lo mejor incluso Angustias se presta voluntaria para amarrarlo al palo mayor... antes de tirarlo a los tiburones!
Feliz travesía, señor Os.
Muy marino este cuento. Por lo demás, no me extraña que este romance hiciera aguas.
Y encima no había ni un salvavidas, oye.
Caramba, en tierra firme se crean antídotos contra tantas invasiones, que es raro que aún no hayan creado algo para el mal portuario.
http://enfugayremolino.blogspot.com/
¿El resultado? Que acaban todos mar-eados...
He encontrado en su sitio muy agradable y también muy distinguido. Gracias por su buen trabajo y continuar .
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