Vaya manera de arrastrar por los suelos durante kilómetros “El lago de los cisnes” como música de fondo en un infecto tren de cercanías…
-Dame una limosna, que no tengo para pañales, ni para leche, ni para darle de comer a mis hijos…
-Para darle de comer a tus hijos, para darle de comer a tus hijos,… pero para hacerlos sí que tienes tiempo, ¿verdad? Ya me conozco yo a éstas, ya…
La grandeza de “El lago de los cisnes” queda ahogada de forma ridícula por los vómitos convertidos en conversaciones que fluyen impunes por el infecto tren de cercanías.
-¿En qué estación me tengo que bajar para coger la línea 2 del metro?
Fábricas, líneas eléctricas, alguna chabola, un pobre río, cansado de arrastrar todo tipo de sustancias menos agua, vías, más vías, un enorme muro gris lleno de pintadas… el paisaje está en consonancia con las conversaciones.
Un túnel impide disfrutar de la fealdad de las vistas. Túnel largo, negro, ruidoso. Ahora el tren ya se parece más al metro, lo cual no es ningún piropo.
-Voy a una entrevista, porque ahora estoy trabajando en la hostelería… ¡y me tienen harta!
Un obrero. Una señora de la limpieza. Un inmigrante explotado. Por sus manos los conocerás. Matan por un asiento libre. Producen, soportan, reparten y comparten olor a trabajador.
El tren se para en una estación. Baja gente. Sube gente. El pitido avisa del cierre de las puertas y de la continuación del trayecto.
Ahora el túnel tiene el privilegio de disfrutar de iluminación, que se le aparece al triste viajero como enormes estrellas fugaces. No vale la pena pedir un deseo. Es un túnel por el que circulan los deseos no cumplidos de los viajeros. Sin seguir la vía.
Los viajes en los trenes de cercanías parece que no se acaban nunca.
Pobre “Lago de los cisnes”.
16 comentarios:
Muy buen relato.
Ahora ya no voy en tren, pero qué recuerdos!!!
Yo, desgraciadamente, soy usuaria diaria de Rodalies Renfe.
Creo que he visto de todo en el tren. Sin ir más lejos, la semana pasada una lipotimia en vivo y en directo. Creí que se nos moría la chiquilla entre Clot y Arc de Triomf. Por suerte, fue un susto!
Es cierto todo lo que se oye de Renfe: los malos olores, las disputas por los asientos libres, las conversaciones "curiosas", las pedigüeñas Rumanas (o de países del Este), el ir como sardinas en lata cuando hay averías, las paradas de los trenes cuando alguien decide suicidarse colapsando todas las líneas de Renfe, etc etc etc
Una de las cosas que más odio del tren es que la música clásica suena sin cesar y está tan alta que no puedes ni leer ni escuchar tu propio MP3, provocando ya al final sordera crónica...
Me encanta tu frase: "Es un túnel por el que circulan los deseos no cumplidos de los viajeros", me siento muy identificada :)
...Todos podríamos explicar alguna anécdota (más bien tirando a cutre)de los trenes de cercanías, ¿verdad?
Jó, Baby, menudo susto con la lipotimia! Además, qué situación tan absurda, una lipotimia... con música clásica de fondo...
¡Gracias, Intoku!
Los trenes de cercanías son excelentes lugares para pensar, sentir,... y actuar...
No sé, Lidia, a veces me da por pensar en todas las vidas que se van cruzando día a día en un tren... total, en la mayoría de las ocasiones, para nada...
A ver, en el metro pasa lo mismo,... pero no es "lo mismo"...
¿A que es mucho más "inspirador", más "misterioso", un túnel de tren que un túnel de metro? ¿...Y por qué?
Je l'ignore...
Bueno, Lidia, ya que no dices nada del asunto en tu blog, te lo pregunto desde aquí:
¿Qué ha pasado con las oposiciones?????????????
Pues mira, aquí estoy mirando las notas, pero no las han pueso aún, creo que me voy a pasar por el instituto directamente... Qué nervios!
Hola Merce, por fin me decido a saludar (me encanta tu blogggg)¡¡¡ Para charlar un rato de trenes, mi Nandito, que es un enamorao (es todavía muy pequeño y sólo les ve el lado poético).Saludos¡¡
¡BIENVENIDA, TITI!
Espero verte a menudo por aquí! Ya sabes que tienes la puerta (virtual) abierta!
Consejo para que (el guapísimo y simpático) Nandito siga idealizando el mundo del tren: háblale del "Orient Express", pero NUNCA, ¿me oyes?, NUNCA, de... un tren de cercanías! ;-D
Un beso!!
¿Y habéis visto esos trenes tb de Renfe, pero no ya de cercanías, sino de "lejanías"? Madre mía, recuerdo el año que viví en Lyon, que tenía que ir hasta allí en el "Talgo". Lo único que da idea de velocidad de ese tren es el nombre, porque cuando lo ves por dentro se te cae el alma. Viejo y traqueteante a más no poder... Si eso es un Talgo, qué es un borreguero? prefiero ni pensarlo! jajaj
Sin embargo, el Talgo que iba a Montpellier no estaba mal, creo... ¿O es que como hace 20 años que lo cogía ya no me acuerdo bien???
(¿20 años?????? Mon Dieu!)
Yo tuve una bonita y triste historia en un tren de cercanías, pero no sé qué me pasa, que no puedo escribir de ello... A ver si me saco la espina y la cuento un día :)
Espero que nos lo cuentes un día... será buena señal!
A mí lo que me da una congoja (que de tan triste, tan triste, resulta hasta placentera) es una despedida en la estación. Ni fríos aviones, ni lentos barcos que no se van nunca. Una despedida en la estación es lo mejor para pegarse una buena llorera...
¿Será que me gusta porque es muy de película?
Merce, efectivamente, debe de ser que tus recuerdos están "oxidados" :-p, o bien que hace 20 años los trenes eran los mismos que ahora pero lógicamente estaban más nuevos, porque yo he cogido varias veces el que va a Montpellier y está hecho uan penita....
Lidia, yo no calificaría tu historia del tren de cercanías como bonita, sino más bien como curiosa, pero con un final que no te mereces ;-)
...Ay, Noemí, si sólo fueran los recuerdos, los que están oxidados...!
Alla mia veneranda età...! :-(((((
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