Un poco más allá de la fotocopiadora, un pseudoejecutivo con cara de calabacín e impecablemente disfrazado con traje caro de marca, se pasea con expresión preocupada hablando en voz altísima a un móvil que sale de su oreja.
¿Edad? Indeterminada…
¿Qué edad tienen los calabacines?
Da unos pasos, se gira, da la vuelta y vuelve sobre sus pasos. Como si estuviera haciendo guardia.
Se nota que es de los que todavía hicieron el servicio militar.
Por la conversación, se deduce que intenta tranquilizar con voz segura de sí misma a su superior en lo referente a una incidencia, una de esas palabras mágicas en el mundo de la empresa para evitar otra mucho más fea y real, como es “chapuza”.
Mientras, cerca de la recepción, un rebaño de empleadillos macho se ha juntado para bajar a desayunar, y espera el ascensor al tiempo que habla del partido de fútbol de la noche anterior. Se oyen risas bobaliconas provocadas por una broma milagrosamente germinada en una mente poco abonada y en período de sequía intelectual.
(continuará)
7 comentarios:
Desde luego, si no existiera el fútbol habría que inventarlo para que algunos hombres tuvieran tema de conversación ;)
(he dicho "algunos")
Los monitos parlachines son felices hablando de fútbol! Pero ahora lo hacen mientras desayunan, y no mientras se quitan piojos los unos a los otros (creo!)
TRINITÉ, TRINITÉ, tú que me preguntabas por Yatusabes el otro día! Ya ha vuelto a casa,... y al blog! (que es como su otra casa, jeee, qué tienn.no)
Je je :) Han cambiado las formas pero no el fondo ;)
...Y aunque la mona se vista de seda... ;-D
Es imposible no hablar de futbol, cada semana hay nuevos partidos que comentar y con ello cientos de goles de los cuales platicar también. No nos culpen.
No sé, Joyrider, pero es que a mí el fútbol me aburre muchísimo...
Creo que es una de las cosas que más me aburre en este mundo...
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