Cuenta la leyenda que un espléndido día de primavera apareció por un pueblo perdido en una perdida montaña un desconocido, atraído por el eco de un relincho que viajó hasta él a través del espacio y del tiempo…
La cosa se pone espiritual.
Tras mucho caminar, llegó a un prado en el que unos hermosos caballos compartían pasto pacíficamente. Uno de ellos, un magnífico ejemplar negro azabache con una mancha blanca en la frente, se le acercó lentamente. El desconocido le acarició el lomo, y le susurró:
-Me habías llamado, ¿verdad?
El caballo lo miró con ojos felices y agradecidos, y le respondió:
-Jo, tío, qué oído tienes. Acojonante. Ya me lo habían dicho, pero no me lo creía.
Fin de la espiritualidad.
El desconocido lo miró con sorpresa, pero se rehizo con presteza.
-Amo a los caballos, les escucho y les comprendo –dijo, con su melifluo tono de voz-. Es natural que haya acudido a tu llamada. Dime cuál es mi misión entre vosotros.
El caballo no se anduvo con rodeos:
-Mira, tío, aquí un grupito de colegas hemos pensado que serías el tipo perfecto para montar algo guay, no sé, un complejo lúdico, de entretenimiento… Vivir en este pueblucho de mierda es un muermo…
El desconocido se armó de santa paciencia.
-Estoy aquí para escuchar tu propuesta… Habla, te lo ruego.
-Pues mira, ya que lo preguntas –contestó el caballo, resuelto-, queremos un parque temático que se llame “Equin-Ocio”, con zona spa, restaurante, gimnasio, cines, y alguna tienda… ¿Cómo lo ves?
El desconocido por fin logró dar sentido a la conocida expresión “tener más cara que un caballo”. De repente, colocó la mano detrás de su oreja, y levantó su mirada hacia el cielo.
-…Creo que oigo un mugido a través del espacio y del tiempo… Una vaca me necesita…debo marcharme…
El caballo lo vio alejarse con una mueca de escepticismo en su morro:
“Eso, lárgate… Y te crees que con tu huída te has librado… Pues que no te pase nada; ya verás lo que te piden las vacas…
Habéis entrado alguna vez en una tienda de chucherías, ¿verdad? Pues este blog es lo mismo... ¡pero con historias! Encontraréis de todas las formas y colores.... ¡Pero cuidado! No todas son dulces...
“LOS CABALLOS QUE SUSURRABAN AL HOMBRE” (LEYENDA RURAL)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
6 comentarios:
Mercades:
Navegando por los mares de internet,vientos caprichosos y misteriosas corrientes marinas me han hecho derivar y apartar de mi derrota habitual.
Desde la cofa de mi nave, el serviola, ojo avizor, gritó: "Blog a la vista" y así es como recalé en estas maravillosas costas.
Habiendo efectuado una primera exploración, he decidido, con tu permiso, incluir en mi ruta tan entretenido e interesante paraje.
Enhorabuena.
En cuanto a los animalitos susurrantes decir:
las vacas pedirán, con toda seguridad, unas VACAciones. Espero que no las empleen en visitar los dichosos parques temáticos que proliferan por todas partes.
Saludos.
Capitán Berto.
...Me siento muy honrada de recibir la visita de un capitán. Hasta ahora, todos los que habían venido por mar virtual eran piratas (informáticos, se entiende, ja, ja, ja!!)
En serio, bienvenido a estas tierras!! Me ha encantado tu comentario (lo de las "vaca-ciones no tiene desperdicio, jua, jua).No dejes de pasar cuando quieras y dejarme tu mensaje (no necesariamente dentro de una botella... navegar por Internet tiene sus ventajas)
A cambio, siempre encontrarás un vaso de buen ron (¿...o los capitanes no pueden beber estando de servicio?)
Un saludo!!! :-D
PERO PERO PERO.... ¿los animalitos hablan? ¿y encima son pedigüeños? ¿y hay un hombre que los escucha?
Desde luego, ahora entiendo el dicho ese de: "no te acostarás sin saber una cosa más". PATIDIFUSA, me he quedao hoy. Tengo que aprender más idiomas
Los animalitos hablan, las nubes se levantan, que sí, que no, que caiga un chaparrón!
...Espero que no hayas tenido pesadillas, ja, ja, ja, ja!!!
je je, yo también he pensado cuando lo he leído que iban a pedir unas vaca-ciones ;)
Por cierto, tu relato me ha recordado al gran Robert Redford, que hace tiempo que no lo veo...
...Pues mira, el R.Redford es un tío que siempre me ha gustado, incluso ahora, que anda el hombre mu arrugao. Y no hace falta que susurre a los caballos para que me haga gracia...
Publicar un comentario