EL HOMBRE (Y NO LA MUJER, POR SUPUESTÍSIMO) ES EL ÚNICO ANIMAL QUE TROPIEZA MIL VECES CON LA MISMA PIEDRA… HOY: “AMOR DE PADRE”

En lo que llevaba de año, el hijo adolescente había pillado a papá en una callejuela de la mano de una pelirroja, en la piscina tonteando con una rubia y revolcándose entre las hojas secas de un parque con una morena. “A veces, para según qué asuntos y según qué personas, incluso las grandes ciudades se quedan pequeñas… “, pensaba el chico, rabioso.

Equivocadamente prefirió ocultar su propio nubarrón a la familia e intentó digerirlo en silencio, pero los rayos y truenos se le acabaron atravesando en las entrañas, hasta que un domingo invernal la tempestad estalló, furiosa y violenta. “¡Toma, toma y toma, por haber hecho la vista gorda!”, chillaba enloquecido el rebelde con causa, mientras las devastadoras consecuencias quedaban injustamente marcadas en el pasmado ojo izquierdo de mamá.

Nervios desconcertantes, gritos presurosos, batas blancas, salas frías, paredes mudas, pastillas esperanzadoras… Y con los últimos coletazos de la tormenta, como un cielo en calma, la consulta de una reputada psicóloga en el horizonte ya soleado.

Meses más tarde, tras una eficaz terapia y algún que otro medicamento, las turbulentas aguas parecieron volver lentamente a su pacífico cauce… hasta que el joven paciente descubrió de nuevo a papá… esta vez besuqueándose con su reputada psicóloga.