-¡Fuera de aquí!
Severo no podía estar más enojado: se había levantado a la hora acostumbrada y al encender la luz de la cocina donde iba a proceder a su sagrado ritual de preparación del té matutino, una pequeña sombra desconocida había empezado a revolotear a su alrededor y le había dado un susto de muerte.
Era una polilla.
Severo no quería matar a ningún bicho, pero tampoco deseaba convivir con esa fea mariposa. Estaba muy bien solo y no necesitaba compañía. Además, sólo de pensar en los destrozos que el voraz insecto podía causar en sus confortables jerséis de lana, se encolerizaba. Optó por sacarlo de la cocina espantándolo con un trapo y acompañarlo amablemente hasta el balcón abierto, por donde sin duda había entrado con nocturnidad y sin alevosía.
Lo consiguió. La polilla, entristecida y desorientada, inició entonces un tímido revoloteo por el balcón. Mientras, Severo esperaba en la puerta que la mariposa desapareciera de su vista.
Fuera estaba cayendo un buen chaparrón de finales de verano. De repente, Severo temió que el agua perjudicara las alas del insecto. Como no le deseaba ningún mal, decidió dejarla en el balcón a la espera de que amainara la tormenta. Mientras, la polilla dejó de volar y aterrizó en el suelo del balcón, por donde fue andando con sus escuálidas patitas hasta plantarse frente a la puerta. Severo tuvo la fea impresión de que no sólo le estaba mirando fijamente, sino que con su actitud un tanto zalamera y servil le estaba pidiendo asilo.
-Ni lo sueñes –le advirtió Severo tajantemente.
Para que no quedara la más mínima sombra de duda, cerró la puerta y se fue a la cocina con la idea de olvidarse del bicho. Procedió entonces a desayunar su té con pastas con el sosiego que exigía el momento, acompañado del apacible rumor del aguacero colándose por la ventana.
Una vez finalizó, Severo no pudo evitar asomarse al balcón para saber de su polilla madrugadora, que suponía ya en otro lugar. Pero la polilla continuaba aposentada frente a la entrada, con un gesto que Severo interpretó como implorante.
Un poco a regañadientes, un poco reflexionando sobre su propia soledad, Severo acabó abriendo la puerta del balcón y haciendo un gesto de invitación con la cabeza:
Un poco a regañadientes, un poco reflexionando sobre su propia soledad, Severo acabó abriendo la puerta del balcón y haciendo un gesto de invitación con la cabeza:
-Anda… pasa.
Y antes de que en la mirada de Severo se proyectara un atisbo de arrepentimiento por su acción, la polilla entró.
33 comentarios:
Está precioso el cuento.
Es una joya que nos lleva de la mano a través del buen corazón de Severo, y además nos atrapa con los pormenores de sus deliberaciones internas.
Tiene la grandeza de la sencillez.
Continuó sus ocupaciones habituales, se embebió en la lectura y perdió la noción del tiempo, un leve cosquilleo en su antebrazo lo distrajo, instintivamente dio un manazo para acallar esa desagradable sensación, justo en ese instante recordó a la polilla estival, sin retirar aun la mano sabía el desenlace de su breve amistad. Decidido levantó la mano, su reacción tardo solo segundos en registrarse en su cerebro… un desagradable mosquito había encontrado su fin, buscó con la mirada a su huésped de ocasión, parecía sonreír desde la cortina del salón.
Abrazos :D
Y es que, a veces, merecen la pena las esperas.
¿Podría esperar yo que se abriese alguna puerta?
Besósculos de buena noche lunera.
Hermosa historia.
Un relato de deja una sonrisa y un suspiro.
mariarosa
Quizás es que nadie es tan duro como aparenta...
Muchas gracias por tu visita y tus comentarios! Un saludo!
¿Por qué los mosquitos están en todas partes?????????? Claro, porque siempre es más fácil matar a un mosquito que a una polilla, jajajaja!
Un abrazo!
-Toc, toc, toc, ¿se puede?
-Adelante, adelante, pase, caballero, que está usted en su casa. Ah, y deje el paraguas en la entrada, que no le hará falta para guiarse, jejeje...
Besósculos de feliz mañana lunera.
Cosa rara en mí, que tiendo a historias más bien truculentas y sórdidas, jajajaj!
Un abrazo!
...Curioso.
Me gustan las mariposas, por tanto también las polillas....
Gracias Severo por dejarla entrar, ahora podrás disfrutar de su compañía que, aunque a veces pase desapercibida, siempre es buena compañia.
Gracias a ti, Mercedes, por esta bonita historia.
...Escueto.
Las polillas, aunque no sean las mariposas más bonitas, también tienen derecho a un rinconcito en el mundo de los cuentos, ¿verdad?
Mil gracias a ti por pasar y tener la paciencia de leerme :-)
una lujuria es leer tus cuentos, debo reconocer que rematas mejor que nadie.
besos!!!
lo queria realmente.
...Más vale rematar que matar (literiamente hablando, claro!) como suelo hacer en mis cuentos, jajaja!
Un beso!!
Lo que normalmente llamamos una historia de amor un poco sui generis...
A veces...quizás la soledad sea tan fuerte que hasta una polilla nos puede hacer compañía.Millll besitoss
Y quizás también Severo no se había dado cuenta de su soledad...
Un beso!!!!
ME GUSTA LA FOTO Y LA POLILLA,YO PIENSO QUE HAY QUE FOTOGRAFIAR A TODOS LOS VICHITOS PARA QUE ALGUN DIA LO RECOJAN EN ALGUN ALBUL MUNDIAL DE INSECTOS.....ABRAZOS.....
Algunos bicharracos son graciosos, pero lo que son lombrices y demás me ponen histérica, así que por ahora sólo seguiré fotografiando a mariposas y polillas...
Un abrazo!
Así que Severo se tendría que haber llamado en realidad "Blando" jijiji.
Oye, pues es que la polilla de la foto es maja, las que yo he visto alguna vez son más feas, jaja. A lo mejor yo también la dejaría entrar, pobreta...por lo menos mientras durara la lluvia!
Buen cuento!
Muy bonita la narrativa,
feliz fin de semana.
un abrazo.
...Es que es una polilla vestida de etiqueta, juajuajua!! Y qué clase tiene, qué porte, qué distinción...!
Gracias y lo mismo te deseo, un fantástico fin de semana!
Narras de maravilla, gracias por visitarme, eso me permitió conocerte, así que con tu permiso, me quedo...
Besitos en el alma
Scarlet2807
Un relato tierno y triste,el pobre Severo preocupado por la polilla, pero ¿quien se preocupa por el?.
Hermoso Mercedes.
un abrazo¡¡
dejo una sonrisa, mucha admiracion por el relato, me voy con un poco de tristeza por la soledad del protagonista.Un abrazo
dejo una sonrisa, mucha admiracion por el relato, me voy con un poco de tristeza por la soledad del protagonista.Un abrazo
Tener la oportunidad. La soledad y las oportunidades.
Saludos desde mi blog de escritos.
Bueno, jeje, ya nos conocíamos... De hecho, fuiste tú la primera en visitarme hace unas semanas...En cualquier caso, gracias siempre por pasar.
Un beso!
Ya ves,lo mismo Severo está esperando que la polilla se comporte como un animal de compañía, cuando todos sabemos que lo único que hará es roerle los jerseys..!
Un abrazo y buen fin de semana!
... Y mucho me temo que hay más de una persona que vive bajo esas circunstancias...
Un abrazo!
Te recuerdo de hace muchísimo tiempo, y me alegro de que hayas vuelto a "bloguear"!
Un saludo!
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